A Miranda le tocó, o mejor dicho escogió voluntariamente, Vieques como pueblo de estudio para una asignación de la escuela. Inevitable que la primera reacción de su madre no fuera preguntar si no había uno más cerquita, pero la nena lo tenía todo pensado y me explicó que podíamos aprovechar y llevarnos a sus amiguitas para una gira. Así fue. La asignación de Miranda se convirtió en toda una aventura que nos llevó a todos a enamorarnos de nuestra Isla Nena. Llegamos a Ceiba temprano el viernes para abordar el ferry Cayo Blanco.

Contrario a las dificultades que en ocasiones reporta la prensa, ese día todo marchó muy bien. El personal en el puerto y la tripulación en el barco muy atenta y simpática, incluido Don Julio, capitán de Cayo Blanco, quien se presentó con orgullo como un servidor público de toda la vida. Llegué tempranito a Vieques, con mi tropa de 4 niñas de 8 años, dos niños de 11 años y otros acompañantes, 14 en total.

La primera visita de Miranda fue a la escuela pública Playa Grande, donde capitaneados por su extraordinaria directora, Naomi Félix, los niños entonaron orgullosos el himno de Vieques, una hermosa danza escrita por Silverio Pérez. Luego fue a la alcaldía y compartió con el Hon. Víctor Emeric y así poco a poco fue conociendo toda la isla: la bahía bioluminiscente, los faros, los monumentos, la gastronomía y, sobre todo, su gente. En todos los sitios nos recibieron con mucho amor y cariño. Nos llevaron arepas de coco rellenas con queso y pasta de guayaba que, quien no las haya probado, debe ponerlo de inmediato en su “Bucket List”. También llegó el galón de Bilí, que fue degustado y celebrado por los adultos que me acompañaban.

Aunque estábamos con la agenda bien apretada, para cumplir con los requerimientos del proyecto de Miranda, sobró tiempo para hacer un poco de turismo. ¡Qué belleza Vieques! Sin dudas uno de los lugares más hermosos de Puerto Rico. Fue inevitable que, entre una cosa y otra, saliera el tema de las necesidades que siguen enfrentando los residentes de Vieques como la falta de empleos, el transporte, los servicios de salud, entre otros. Con la misma firmeza que expresan su orgullo de ser de Vieques, reclaman con razón, mayor atención y respaldo.

A todos nos conviene que Vieques prospere y eche adelante. Pero, sobre todo, es un asunto de justicia para un pueblo de gente buena y trabajadora con una historia de grandes retos. Me alegró mucho que Miranda escogiera Vieques. La asignación se convirtió en una buena excusa para compartir con mi familia en un lugar paradisiaco, lleno de bellos paisajes y de gente buena. Si usted no ha tenido la oportunidad de ir en familia a la Isla Nena, póngalo como asignación y no deje de vivir la experiencia.