No hace tanto tiempo, el que una pareja del mismo sexo se besara en la pantalla chica era prácticamente un escándalo. Hablo específicamente de la televisión local, donde los papeles de homosexuales solo eran aceptables dentro de una comedia y casi siempre interpretados de forma estereotipada. En ese sentido, las producciones locales se quedaron bien atrás en comparación con la televisión que se hace en Europa o Estados Unidos.

Afortunadamente, aunque a paso muy lento, la televisión de aquí se ha ido adaptando a los tiempos y, de vez en cuando, presentan perfiles más representativos de la comunidad LGBTT.

Por eso resultó refrescante ver en la nueva comedia de Telemundo, El clan de los Morales, una escena protagonizada por Michael Stuart (“Elvis”) y Jorge Castro en la que este último cree equivocadamente que el primero es gay. Lo mejor fue la reacción de “Elvis” al recibir un sorpresivo beso de su nuevo amigo: se sintió halagado de provocar las mismas pasiones tanto en hombres como en mujeres.

Mira quién me hace promo

El reality show Mira quién baila (MQB), de Univisión, está tan pegao que los demás canales también quieren coger un pedacito de ese bizcocho. Así que todos reseñan en sus principales programas de farándula –Lo sé todo (Wapa) y Dando candela (Telemundo)–  la participación de los puertorriqueños en el otro canal.

Y que no me digan que es por apoyar a los de aquí, porque no hacen lo mismo con otras producciones en las que participa talento local. El punto es que me parece gracioso ver a los otros canales dándole promoción a la competencia. ¿Quién lo diría?

Y para no quedarme atrás, daré mi opinión sobre el comentario de Ninel Conde,  una de los miembros del jurado de MQB, quien le  dijo a Johnny Lozada que se necesitaba ser  más  “macho” para hacer un baile regional mexicano. Sinceramente, no creo que lo dijo con la intención de ofender o  menospreciar la hombría del boricua, quien dicho sea de paso, ha manejado muy bien el asunto. Creo que simplemente le salió del alma el orgullo por la raza, aunque sonó de la peor manera posible. Total, algo similar  pensamos nosotros cuando los mexicanos bailan salsa: que se necesita saber mover bien  las caderas.

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