Los mejores domingos son los de pura vagancia. Este que pasó fue así mismo. Después de hacer el almuerzo (cosa que casi nunca hago, porque apenas cocino, y no, no fueron sándwiches lo que hice) y después de vaguear en la casa durante el aguacero de la tarde, me fui con mi hijo a pasar un rato en la Feria de Autos Antiguos de Guaynabo. Es una exhibición, que aunque secundaria, durante los pasados años ha ido ganando terreno tanto en tamaño, calidad de autos e importancia.

Aquí les dejo varias fotos, pero antes, lo más que nos gustó de la exhibición:

Un par de Pontiac Fieros que lucían recién sacados del dealer. Primero, no fueron muchos los Fieros que se vendieron en Puerto Rico, por lo que casi 30 años después de su llegada al mercado, es bien raro ver uno. Más raro todavía es ver dos, y más aún, uno de cada una de las dos generaciones. Y dado lo problemáticos que son, muy poca gente les tiene paciencia, por lo que los pocos que quedan están junkeados o semijunkeados, languidenciendo bajo sol, lluvia y sereno. Con esto dicho, ya saben cuan raro fue ver estos dos Fieros en condiciones tan excelentes.

Un Plymouth Valiant de primera generación (1960-1962). Ningún Valiant fue extraordinario, pero es bien raro ver uno de primera generación. Hacía mucho tiempo que no veía uno.

El club de los DeLoreans. Para mi hijo y para mí fue una agradable sorpresa toparnos con estos DeLoreans… especialmente porque el día anterior estábamos en casa viendo Back to the Future I y II. 

Un Dodge Coronet de 1950 to’ estartala’o. El gran contraste de unas gomas nuevas de paquete de grandes bandas blancas con una carrocería llena de moho y residuos mareados de pintura que una vez fue verde, hacía que este carro luciera realmente hermoso. Con todo y lo mata’o que estaba, atrajo muchos admiradores.

El par de Fords Modelo T casi escondidos entre la gran cantidad de Fords Modelo A que estaban dentro del Coliseo Mario Morales. Nunca he entendido por qué en Puerto Rico hay tan poquitos Modelo T y tantísimos Modelo A, cuando la producción total del “T” cuadruplicó la del A (15,007,033 versus 4,320,446).

Espero que les gusten las fotos.


Un Porsche 912 junto a un Buggy



Un Ford Thunderbird de segunda generación (1958-1960)



Un Austin Mini



Detalle de un Plymouth Barracuda



Uno de varios DeLoreans


El Dodge Coronet de 1950 que les mencioné más arriba. Fíjense en el interesante contraste de las gomas nueva de paquete con la carrocería enmohecida.



Otro Dodge Coronet, pero de la época de los muscle cars.



El Fiat 500 original



Un Ford LTD. Gigantesco, pero sólo de dos puertas.



La punta del bonete del LTD



Detalle de un taxi Ford Modelo A



Un atiquísimo Ford Modelo T



Emblema de un Ford Thunderbird



Un Volkswagen Karmann-Ghia descapotable.



Otro Karmann-Ghia orgullosamente en mal estado.



Placa en la parte trasera



Una vieja Land Rover



Hubo muchos modelos para los fanáticos de los rotores.



Plaquita de un Mazda RX-7 de primera generación



El modelo más lujoso del Mazda RX-7 de primera generación era el GSL-SE. Le decían "el Cinco Letras".



El motor de un Morris Minor inglés



Bonete de un Plymouth Barracuda



El regio par de Pontiac Fieros que les mencioné más arriba.



Un Toyota Corona coupé



Triumph TR3



Volkswagen Thing



Volky convertible


Un rarísimo Volky "Oval Window"



Foquito trasero del "Oval Window"


Otra rareza: una pickup Volkswagen. Las hacían en Estados Unidos.



Un Volkswagen Tipo 3 junto a una vieja van Volky.