No podía recibir mejor regalo adelantado de Navidad. La familia está de fiesta y no es para menos, nuestro amado Sebastián al fin terminó sus sesiones de quimioterapia

El jueves justo se cumplió un año del nene de tití en ese proceso, el cual debo resaltar, enfrentó con su natural alegría. Es un valiente.

Si pudiera resumir el sentimiento colectivo de la familia y los amigos durante este año, es de ansiedad, pero también de mucha esperanza, de buscar un propósito en esa situación y de verlo a él como ejemplo de fortaleza y de buen ánimo que ha sido para todos. 

Los adultos nos quejamos hasta de la mínima ridiculez, y ese niño no se quejaba de nada. Todo lo contrario, a todos contagiaba con su espíritu sandunguero y con sus carcajadas. Fue un tiempo también de muchos cuidados, de evitar a toda costa que alguna acción inocente e inconsciente lo expusiera a bajarle las defensas. 

También fue un periodo de aprender a conocer quiénes son mis amigos y quienes genuinamente me demostraron su afecto cuando me preguntaban por su salud; cuando me decían que oraban todo el tiempo por él; cuando me decían con seguridad y con fe que todo estaría bien; cuando su corazón desprendido y generoso los llevó a organizarse incluso para recaudar dinero para ayudarle a sus papás con los gastos médicos. Ustedes saben quiénes son, y la nobleza que existe en sus corazones está muy valorada en el mío, y estoy segura de que la vida, cada día, les multiplica ese gesto. 

En fin, que en estos días ando con el “mood” del tema “Para celebrar”, de los Salsa Giants. Siempre hay muchas razones para agradecer, pero el próximo Día de Acción de Gracias habrá más. También esta Navidad, estaremos más felices que la anterior. 

Todavía falta un examen para determinar que los tumores en el cuerpo de Sebastián desaparecieron, pero estamos esperanzados y convencidos en que nuestro mejor regalo de Navidad este año será ese diagnóstico y mucha salud para él.

¿Qué más les puedo decir? Que tití está bien feliz.