Saúl “Canelo” Álvarez tiene un dilema en las manos. Bueno, en realidad son varios.

Después de vencer a Jaime Munguía por decisión unánime el pasado 4 de mayo, Álvarez inició la cacería por un oponente para el próximo septiembre. El primer nombre mencionado fue David Benavidez, quien antes deberá vencer a Oleksandr Gvzdyk el 15 de junio para entonces entrar en las conversaciones para enfrentar a Álvarez.

Uno de los principales escollos para cuadrar el duelo entre Álvarez y Benavidez es que el mexicano está solicitando la astronómica cantidad de $200 millones. Eso es visto como un pretexto para evadir la pelea.

Mientras tanto, dos de los organismos que mantienen a Álvarez como campeón de las 168 libras están poniendo presión.

La Federación Internacional de Boxeo (FIB) y, a su vez, la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) han determinado que el mexicano deberá arriesgar las respectivas fajas contra el primer clasificado.

La AMB fue la primera que informó que el puertoriqueño Edgar “The Chosen One” Berlanga está en línea para aparecer como retador al cinturón de las 168 libras.

Esa determinación no ha sido acogida con afecto dentro del boxeo rentado dado algunos entienden que Berlanga no está listo para semejante prueba. Claro, la esquina de Berlanga ha insistido en lo contrario, pero la realidad es que el mexicano aún no ha expresado públicamente interés en un combate contra Berlanga, quien estuvo en Las Vegas, Nevada, para presenciar el reciente triunfo de Álvarez.

Por otro lado, la FIB determinó que los representantes de Álvarez deben iniciar las negociaciones para arriesgar la corona ante Williams Scull, un cubano radicado en Alemania. Scull (22-0, 9 KO) se convirtió en el retador obligatorio de la FIB en julio de 2022 cuando superó a Evgeny Scvedenko. Desde entonces ha peleado tres veces, incluyendo una decisión sobre Sean Hemphill, precisamente en la misma cartelera de Álvarez del 4 de mayo.

Las partes tienen cuatro semanas para alcanzar un acuerdo o, de lo contrario, la FIB realizará una subasta.

Álvarez es agente libre, no está atado a una empresa, pero eso representa un peligro dado que necesita el apoyo económico de un promotor bonafide.

Las cifras preliminares indican que el evento de Álvarez-Munguía debe alcanzar los 500,000 compras por el servicio ‘pay per view’. Eso no parecer ser suficiente para cumplir con la garantía mínima de $35 millones para Canelo. Si sus demandas económica se mantienen en dicho nivel, Álvarez necesitará conseguir un rival con la proyección necesaria para generar interés.

Si es Benavidez, Berlanga o Scull está por verse.

Por el momento, la esquina de Álvarez tiene unas papas calientes en las manos. Si la AMB y la FIB siguen firmes en las ordenes emitidas, se corren los riesgos de que Álvarez opte por dejar vacante los cinturones y perderían a la gallina de los huevos de oro.