La subdivisión en la división
“Por supuesto que muchos empleados públicos hacen su trabajo de manera eficiente y con un inquebrantable compromiso”.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Las disputas políticas en las agencias del gobierno no es cosa nueva. Desde hace décadas, el servicio público se convirtió en un brazo de los partidos políticos. Es una triste realidad que ha afectado la productividad de las agencias del gobierno, que se supone que existen para atender las necesidades del país.
Por supuesto que muchos empleados públicos hacen su trabajo de manera eficiente y con un inquebrantable compromiso. Pero usted y yo sabemos que hay otros tantos ubicados en agencias o corporaciones en pago a su servicio durante una campaña política o para servir los intereses del partido que este en el poder.
Esa mala práctica se traduce en una baja productividad, porque el empleado que sabe que no llegó ahí por sus méritos, sino por un político, piensa que tiene el trabajo asegurado; que no importa que haga mal su trabajo, o incluso si no hace nada. Claro, esto lo hace a costa del que sí trabaja y se sobrecarga de tareas. A ese le toca hacer las suyas y las de la batata que le tocó de compañero. El que trabaja doble se cansa más y, lógicamente, se agobia; por lo tanto, tampoco puede rendir un buen trabajo como quisiera. Así que la primera víctima de esa práctica de nombramientos politiqueros es el empleado que sí quiere hacer las cosas bien.
Luego está el ciudadano o las empresas que necesitan un servicio y que tiene que esperar indefinidamente porque le atiendan para, al final, no resolver su problema o tener que volver a empezar. Todo esto afecta el funcionamiento del país, incide en el sector privado y en el bienestar general de las personas.
La politiquería en algunas agencias del gobierno llegó a niveles escandalosos. Por ejemplo, se decía que en el Departamento de Educación se ubicaron los empleados según el partido, en cada piso del edificio que ocupaban hasta hace unos años. De tal forma los rojos no tenían ni que cruzarse con los azules. De más está decir que así mismo se repartían el trabajo. Aclaro que esto no me consta, pero no tengo duda de que así era, a juzgar por la ineficiencia histórica en ese departamento. Y por supuesto, aquí las víctimas son los niños.
Ahora imagínese si a toda esa división política le añadimos la subdivisión interna en el partido, por causa de la primaria que se anticipa. ¿Qué será de nosotros? Falta todavía un año para la primaria y dos para las elecciones y tenemos que soportar esa pugna desde ahora.
La semana pasada la comisionada residente Jenniffer González dijo que sus colaboradores son amenazados en las agencias del gobierno, anticipando una posible primaria frente al gobernador Pedro Pierluisi.
Esta película ya la vivimos en el cuatrienio pasado y en las agencias estaban divididos los empleados que eran “Team Wanda” y los “Team Pierluisi”. En el cuatrienio de Alejandro García Padilla fue igual, y eso que no hubo primaria, pero parecía que la habría. Entonces se dividían entre los leales al gobernador “Team Alejandro” y los del “Team Carmen Yulín”.
Es la guerra fría entre el que está en el poder y el que aspira al puesto. Las huestes, en este caso empleados públicos, se van alineando según se acerca la fecha y en el medio estamos los ciudadanos de este país que pareciera que no merecemos paz.
Esto le hace daño al país, le hace daño a nuestra economía -que no sale aun de la crisis-, le hace daño a la salud mental de las personas. No es justo para los empleados públicos verse obligados a definir su lealtad en aras de conservar un trabajo. No es justo tener temor por si acaso no gana el mío.
Como si no fuera suficiente la división entre populares y penepés, ahora también hay que soportar el cisma interno en el PNP. Si nos espera un año entero de esto, que Dios nos coja confesados.
Periodista con tres décadas de experiencia en la cobertura del quehacer público. Reportera y mujer ancla de Las Noticias de TeleOnce. Ganadora en múltiples ocasiones de los premios Emmy, Premio Nacional de Periodismo y Premio a la Excelencia Periodística.
Egresada de la UPR. Observadora desde el punto de vista de la mujer, de los asuntos que ocupan al país. Defensora de la equidad para todas. Madre de tres jovencitas, a quienes quiere dejarle un mejor país.
Tirando ancla
Una mirada analítica a las situaciones que afectan a Puerto Rico y a su gente, desde la perspectiva de la mujer.