Popcorn en mano
“Una cosa está clara: tres años y medio después, el escándalo político más grande de la historia en Puerto Rico, y en año preelectoral, sigue causando estragos”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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La semana del novelón parece haber llegado a su fin. Un regaño del juez Francisco Besosa y la advertencia de la posibilidad de cárcel por desacato le calló la boca al acusado de extorsión, Sixto George. Pero en los días pasados, miles de puertorriqueños se mantuvieron pendientes, con popcorn en mano, como si se tratara de la trama de una película de los detalles jugosos y explosivos que salpican a muchas personas en el mundo de la política y el entretenimiento.
A fin de cuentas, Sixto George es un productor de radio y TV y sabe cómo montar un buen espectáculo. Así que mantuvo entretenido el país, por varios días, con sus comentarios diarios como acusado, quien de forma dramática verbalizaba su defensa desde la acera.
La inusual diatriba diaria tenía a muchos cuestionando la rara estrategia legal de la defensa de Sixto George. Es que de ordinario los abogados les piden a los acusados que guarden silencio públicamente o, en todo caso, que mantengan al mínimo sus expresiones. Pero para este acusado parece más importante ganar en la opinión pública que en el tribunal y todos los días ofreció frente a la escalera del tribunal -y hasta caminando por las calles de San Juan- su versión y opinión del testimonio que se vertía en sala. Con la intervención del juez, parece que ese numerito no se va a repetir, por lo menos por ahora. Pero no guarde el popcorn todavía.
En el caso han salido a relucir nombres de personalidades muy conocidas en el país. Cada persona que se menciona, dentro o fuera del tribunal, levanta una ronda de especulaciones: ¿Quién sabía? ¿Qué sabía? ¿Quién se vendió? ¿Por cuánto? Muchos de los implicados han sentido la necesidad de distanciarse de los eventos o aclarar su participación en la saga del Verano del 19. No olvidemos que el infame chat que le costó la gobernación a Ricardo Rosselló contaba, precisamente, sobre las estrategias para manipular la opinión pública, para desviar la discusión de los temas que pudieran afectar al gobierno o al gobernador y atacar sin piedad a los críticos de la administración. Por supuesto que nadie quiere que lo vinculen a eso, ni siquiera que se les consideró para ayudar a salvar de la crisis al gobernador.
Pero una cosa está clara: tres años y medio después, el escándalo político más grande de la historia en Puerto Rico, y en año preelectoral, sigue causando estragos. Resta saber si se limitará a un asunto de reputación o si habrá una convicción criminal o tal vez nuevas acusaciones. De todas maneras, en política la percepción es más fuerte que la realidad.
Algunos conocedores del derecho comentan que, por lo reseñado, pareciera que el caso de la fiscalía no es tan sólido, sin embargo eso no quiere decir que no habrá repercusiones. Las secuelas de estas acusaciones para sus protagonistas, y para los colaterales, todavía están por verse. Bajo juramento se ha hablado de contratos otorgados aun después de la supuesta extorsión y el Departamento de Justicia ya ha dicho que los está mirando.
Así que como les dije, no guarden el popcorn.
Periodista con tres décadas de experiencia en la cobertura del quehacer público. Reportera y mujer ancla de Las Noticias de TeleOnce. Ganadora en múltiples ocasiones de los premios Emmy, Premio Nacional de Periodismo y Premio a la Excelencia Periodística.
Egresada de la UPR. Observadora desde el punto de vista de la mujer, de los asuntos que ocupan al país. Defensora de la equidad para todas. Madre de tres jovencitas, a quienes quiere dejarle un mejor país.
Tirando ancla
Una mirada analítica a las situaciones que afectan a Puerto Rico y a su gente, desde la perspectiva de la mujer.