Uno de los asuntos que más nos preocupa, no solo como caribeños, sino como sociedad global, es la dependencia excesiva que tenemos con el petróleo y sus derivados para generar energía.

Por eso, al ver cómo en otros países aparecen ejemplos del mejor uso del ingenio para hacer que funcionen las cosas sin necesidad de quemar petróleo, no me queda más que enviarles un email para saber más cómo lo hicieron.

Así es como les traigo este ejemplo de carrusel diseñado por la firma de arquitectura Ecosistema Urbano, creadores del Carrusel de la energía en Holanda.

Allí, en la ciudad de Dordrecht, situaron este llamativo (y al parecer divertido) carrusel que utiliza la energía generada por los niños para encender sus luces. Dicho en palabras de sus creadores:

"Es una estructura de cuerdas y columpios colgantes que permite a los niños experimentar métodos alternativos para obtener energía. Como un bosque de cuerdas suspendidas a diferentes alturas, los columpios centrales sirven de asiento a los niños más pequeños, mientras que agarrados a las cuerdas más altas los niños mayores corren, saltan y giran generando energía.

La energía cinética liberada por los niños se almacena en una batería bajo la plataforma central. Cuando oscurece, la batería suministra iluminación a la estructura, la cual cambia de color en función de la cantidad de.

Esta propuesta, de Belinda Tato y José Luis Vallejo de Ecosistema Urbano en Madrid, resultó la ganadora de un concurso de diseño convocado por el Centro de Artes Visuales de Dordrecht, en Holanda.

¿Y a cuántos de ustedes les gustaría uno de estos al ladito de la plaza pública de su municipio? Realmente, ¿utilizarían uno de estos?

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