Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Mientras algunos dan por sentado que el Gasoducto discurrirá con sus 92 millas de tubería por el sur, centro y norte de la Isla, me parece que en la mayoría aun no muere la esperanza de que se descarte. Soy de las que se inclina a pensar que no estamos llegando al final, sino al punto neurálgico en el que los que se oponen al controversial proyecto buscarán validar la importancia de los recursos naturales.
Éste es un momento crucial y, pese a que los intereses que aprueban el proyecto quieran dar la impresión de que ya no hay nada más por hacer, tenemos menos de 30 días para hacer comentarios sobre el borrador que dio a conocer el Cuerpo de Ingenieros del Ejercito de los Estados Unidos y en el que da el visto bueno al gasoducto.
Sobre este particular, el día de ayer, tanto Primera Hora como El Nuevo Día publicaron sendos artículos en los que se explicaba cómo esta agencia federal le da sin más ni más un ok a un proyecto que presenta serias irregularidades. Para mí, lo más importante es el asunto de la seguridad. Básicamente, este renglón lo dejaron en manos de los constructores de la obra, quienes por ley deben regirse por los estándares estatales y federales.
Como si los vicios de construcción no plagaran la mayoría de las construcciones que se realizan localmente. También se desconoce cuán riesgoso es que la tubería pase por áreas propensas a sismos porque nunca se suministró un estudio geotécnico y, aparentemente, no era obligatorio. Y digo, quién necesita un análisis de este tipo en una Isla donde los temblores son leyendas urbanas y nunca jamás hemos sentido alguno (sarcasmo total, por supuesto).
Otro de los aspectos que más me incomodan, y me imagino que a muchos también, es que el borrador concluye que ésta es la opción menos dañina, pero así mismo se obviaron las advertencias de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) señalando el daño a los humedales y especies en peligro de extinción, sin contar el riesgo y la poca seguridad que la tubería de 24 pulgadas de diámetro representa para la vida humana.
Y es que básicamente, volviendo al factor seguridad, si hay algún riesgo, éste es responsabilidad del Gobierno local. El Cuerpo de Ingenieros aceptó, según informaciones de la prensa, que “no buscó información para confirmar lo expuesto en el análisis de riesgo realizado por la doctora Carmen Ortiz Roque”. Tampoco identificó recursos independientes para examinar este renglón. Ya para concluir con la rareza de este borrador, al parecer los consultores de la Autoridad de Energía Eléctrica han trabajado en el Cuerpo de Ingenieros, lo que me parece, y creo no ser la única que lo piense, que la decisión se hizo subjetivamente.
Tenemos hasta el 30 de este mes para hacer comentarios al respecto.
Los comentarios e información deben enviarse a la dirección postal:
Cuerpo de Ingenieros del Distrito de Jacksonville
PO Box 4970
Jacksonville, FL 32232-0019
Para hacerlo por Internet, escribe al e-mail: ViaVerdePermit@usace.army.mil También, puedes llamar al 1-800-291-9405
¿Y tú que opinas de este borrador por parte del Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos?
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