¿Cuántas veces en diversas circunstancias de nuestras vidas, desde lo personal hasta profesional, conocemos lo que pareciera ser imposible? Mi vida ha estado llena de esos momentos.

Tiempos en los cuales piensas “no puedo”, “no existe nada más”, “jamás alguien lo ha logrado en mi familia” o, quizás, a tu lado personas abonan a este “imposible”. Me sucedió hasta que entendí que en mí residía la voluntad de cambiar lo imposible por lo posible.

Desde ese día nació en mí una nueva actitud, voluntad, deseo de aprender y, más aún, mi fe. Las recompensas han sido inmensas, pero más aún mi amor por mí.

Si bien es cierto que encontraremos momentos muy difíciles a lo largo de nuestro camino, que se llama vida, también es cierto que debemos tener la apertura para lograr identificar y analizar razones y propósito de los mismos.

Por supuesto, este cambio de lo imposible a lo posible, implica sacrificio porque requiere tener voluntad, tenacidad, educarnos, rodearnos de personas que nos provean elementos positivos, amor propio y, sobre todo, fe.

He aprendido que involucrarnos en un ambiente y personas con esa actitud y deseo de cambiar lo imposible a lo posible, es esencial. Es una realidad que vivimos en tiempos difíciles alrededor del mundo y consecuencias que no controlamos. Sin embargo, podemos tomar el control de nosotros mismos para poder ayudar a nuestros seres amados.

Lo comparto para poder inspirarlos a tener esta experiencia sin importar su situación. ¡Amarnos más lo cambia todo!