Gamaliel (nombre ficticio) estudiaba teatro en una reconocida universidad de la Isla. En sus planes no estaba enamorarse, ya que se encontraba centrado en sus metas futuras, estudiar, trabajar y luego conseguir un empleo en su área.

Isabelle por su parte, una joven universitaria de la misma facultad tampoco tenía en sus planes el enamorarse. Se conocieron en una de las clases, fue lo que se menciona por ahí “un amor a primera vista”.

Desde el primer momento  algo extraño sucedió, algo que nunca habían sentido. Comenzaron a frecuentarse, a compartir sus historias de vida y a darse cuenta que eran demasiadas las cosas que los unían.

Poco a poco se enamoraron y Gamaliel comenzó a visitarla a su casa, nada podía verse mejor aspectado, dos jóvenes adultos centrados en sus estudios que habían encontrado lo que para ambos era “su alma gemela”.

En el hogar de Isabelle todo parecía transcurrir con normalidad hasta que el padre de ella notó la seriedad de la relación y que ambos habían hablado de casarse una vez terminaran sus estudios.

El patriarca había comprometido a su hija a casarse con el hijo de un amigo de toda la vida (aunque parezca increíble). Sin que nadie tuviese tiempo para despedidas realizó los trámites para irse de la isla a los Estados Unidos. Isabelle le pidió a Gamaliel que se marcharan juntos, que se fugaran, pero Gamaliel no vio esta acción como correcta y le dijo que no. Esta decisión de la que se arrepintió toda su vida, no fue por falta de amor, fue por no hacer las cosas mal.

Ya en Estados Unidos se mantenían en contacto pero poco a poco  por la distancia cada cual hizo su vida sin olvidarse pero entendiendo que su amor se había tornado imposible de concretarse.

Gamaliel no ha podido olvidar a Isabelle, se ha casado en dos ocasiones pero no ha logrado ser feliz en el amor. Isabelle de igual forma, se casó, sus hijos ya son adultos pero el amor hacia ese joven universitario que conoció en la década de los 70 no le ha permitido  poder sentirse totalmente feliz a nivel sentimental.

Sus vidas se han centrado en darle estabilidad emocional a sus hijos dejando su felicidad a un lado. La vida de ambos fue marcada por ese flechazo de juventud que los llevó a sentir que eran almas gemelas y que jamás encontrarían a otra persona a quien amar.

El pensar en que existe un alma gemela para cada persona es una teoría romántica que se parece a la que dice que existe “un príncipe azul” o una “mujer perfecta”, o por otro lado a los mensajes que mencionan que “el amor todo lo soporta” o que “existe el amor eterno”.

Las almas gemelas son dos personas que están dispuestas a llevar una relación de amor y respeto, apoyándose en los momentos de necesidad, aceptando las fortalezas y debilidades de cada uno y trabajándolas para no solo ser mejor pareja, sino también mejor ser humano.

Todos deseamos encontrar esa “alma gemela” para compartir sentimentalmente, formar un hogar, pero debemos estar bien conscientes de que todos los seres humanos somos diferentes. No hay nadie que piense y/o actúe de igual manera ante X situación y, aunque sean bien parecidos los puntos de vista, siempre hay algo en que difieren.

Si esto es así, en vez de buscar una alma gemela, debemos considerar:

- Que la persona que estamos conociendo primero expondrá sus fortalezas y con el paso del tiempo y el conocerse bien se podrá identificar en qué cosa los puntos son convergentes.

- Una pareja debe tener afinidad  en el área sexual y en su manera de ver las cosas.

- Una persona puede ser afín con otra si dentro de las diferencias buscan el balance, el complacerse el uno al otro sin perder su identidad y su amor propio.

- Una pareja a fin se siente feliz y orgullosa de los logros de la otra parte.

- Una persona a fin contigo no te critica, te habla con delicadeza y cariño, no es hostil ni te  falta el respeto.

En lugar de buscar almas gemelas para unirte sentimentalmente, conoce personas con las que puedas compartir tus alegrías y tus tristezas, que se sientan alegres por tus logros y busquen  un balance en su forma de ver las cosas para que sean felices. Una pareja afín suma a tu vida, no le resta.

Si deseas coordinar una cita con la Dra. Ingrid C. Marín Espiet, Psicóloga Clínica, puedes comunicarte al (787)222-4999 o a su email:imarinespiet@gmail.com