Tan pronto como esta semana miles de estudiantes comienzan las clases. A diferencia del pasado, donde veíamos a niños y jóvenes entrar a las escuelas con sus bultos y uniformes, este año comenzarán desde sus casas.

La noticia, tanto para maestros, padres como alumnos, ha generado gran preocupación. Hay sentimientos encontrados ya que esto trae la tranquilidad de que nuestros hijos no se expondrán al COVID-19, pero a su vez reina la incertidumbre de cuán difícil será el ajustar los horarios para apoyar a los niños en el proceso enseñanza-aprendizaje. Por otro lado, los estudiantes se encuentran con grandes deseos de poder ver a sus compañeros de estudios y salir del hogar.

Aunque nuestra sociedad comenzó a realizar ajustes y a educarse para lo que es la educación a distancia, el tiempo no ha sido suficiente y muchos se cuestionan si podrán dividir el tiempo para el trabajo y la educación de sus hijos, y si tendrán la paciencia y los conocimientos necesarios para este proceso.

Ante la realidad de que por el momento las escuelas permanecerán cerradas y los estudios serán a distancia, debemos prepararnos.

¿Qué debemos hacer?

  • Háblale a los niños de forma clara y según su edad de cómo será el proceso y dígale las razones por las cual será de esta manera.
  • Prepara un área de estudio lo más libre posible de distracciones. Involucra a tus hijos en incluir los materiales necesarios, la selección del lugar, entre otros muchos detalles.
  • Comienza lo antes posible a establecer una rutina en el hogar, sobre todo en el horario de ir a dormir. Esto casi siempre es difícil luego de estar de vacaciones.
  • Establece un itinerario junto con el enviado por la escuela que incluya el tiempo en que el estudiante estará conectado con el grupo, el tiempo de descanso y el tiempo para realizar tareas. Esto lo ayudará a usted como adulto a organizar mejor el tiempo y al niño a adaptarse al proceso de mejor forma.
  • Sé paciente. Si sientes estrés o estás agobiado ante el trabajo escolar, o el menor no responde según esperas, es mejor tomar un breve descanso y luego retomar la tarea. De esta manera evitamos mostrarnos molestos y utilizar un tono de voz no correcto (gritarle).
  • Aclara dudas con los maestros. Si no entiendes la tarea, no te frustres. Todos están en un proceso de aprendizaje y pedir aclarar dudas no es nada malo.
  • Si tienes un hijo con problemas de aprendizaje, adiéstrate de cómo poder ayudarlo. Hay que entender que estos niños necesitan de actividades diferentes, más apoyo y recursos.
  • Utiliza el refuerzo positivo. Felicita a tu hijo por el buen trabajo realizado y/o por su esfuerzo.
  • Busca fuentes de apoyo. Involucra a toda la familia en este proceso. Busca apoyo de algún familiar cercano que pueda ayudarlos en explicar algún tema, en problemas con la computadora, entre otros.
  • Trata de no hacer comentarios negativos del proceso frente a tus hijos ya que los puede predisponer y rechazar estudiar.

Definitivamente, este año ha sido uno de grandes retos y este es uno más. Si mantienes un ambiente estructurado para los estudios, si eres paciente y todos en el hogar cooperan, en el proceso será menos la ansiedad y podrás asegurarte de que tu hijo comience un año escolar atípico pero lleno de experiencias de aprendizaje enriquecedoras.