Como adultos se nos hace difícil pensar que un niño pudiese padecer de ansiedad. Resulta ser un pensamiento casi general debido a la naturaleza "libre" de responsabilidades y preocupaciones que tienen los menores. Los niños no pagan cuentas, no salen a trabajar ni deben mantener un hogar. Si la vida de un niño es así, ¿por qué sentirse ansioso?

Contrario a lo que se piensa, la realidad es otra. Los niños sí pueden padecer de ansiedad y en ocasiones esta puede llegar a niveles tan altos que interrumpen su diario vivir de forma significativa.

Normalmente todos experimentamos ansiedad en algún momento de nuestras vidas, es una característica normal dentro del desarrollo humano.

La ansiedad regulada es uno de los mecanismos de supervivencia que nos ayuda a responder a situaciones cotidianas nuevas o amenazantes. Un ejemplo de esto son "las mariposas" que sentimos cuando nos encontramos frente al escrutinio de otros. Sin embargo, cuando se tiene un diagnóstico de ansiedad generalizada, nos referimos a una enfermedad que tiene como síntoma central la presencia de ansiedad intensa, desproporcionada y persistente que afecta la vida cotidiana de quien la padece, a tal grado que se le dificulta trabajar, estudiar y convivir con otros.

A diferencia de los adultos que sufren del Trastorno de Ansiedad Generalizada, los niños no se dan cuenta de su ansiedad y menos aún de que en determinadas situaciones, sobrepasa los límites aceptables. No debemos confundir los miedos típicos de ciertas edades, ni el llanto cuando se queda en el kindergarten, por ejemplo, con ansiedad. Cuando los niños parecen sentirse sobre preocupados con la vida en general, cuando los temores o miedos no logran superarse, son señales de que su hijo podría padecer del Trastorno de Ansiedad Generalizada TAG. Si este estado emocional ansioso continúa y aumenta puede convertirse en una depresión que lleve a su niño a la necesidad de una hospitalización.

Es importante que como padres no pensemos que estas conductas de nuestros hijos son "changuerías", la ansiedad generalizada está asociada a factores hereditarios (de padres ansiosos niños ansiosos) bien por modelaje y/o por un desequilibrio químico entre dos sustancias del cerebro conocidas como norepinefrina y serotonina.

Veamos ahora los síntomas del trastorno de Ansiedad Generalizada:

· Ansiedad y preocupación excesiva sobre varios acontecimientos de vida (rendimiento escolar, distanciamiento de algún amiguito, miedo excesivo de que le pase algo o le dé una enfermedad, entre otros).

· Estos síntomas se prolongan por seis (6) meses o más.

· Al niño le resulta imposible poder controlar los pensamientos y la preocupación constante.

· Inquietud o impaciencia.

· Dificultad para concentrarse, (afecta directamente su ejecución escolar).

· Irritabilidad, tensión muscular.

· Alteraciones del sueño y/o miedo a dormir solo.

· Entre otros síntomas.

Otras señales de que nuestro niño podría estar atravesando por este trastorno del estado de ánimo lo son:

· Temor exagerado que no tiene que ver con una persona o situación en particular.

· Intranquilidad excesiva con aspectos relacionados a enfermedades, no poder hacer lo que se espera de ellos, aceptación de sus pares, entre otros.

· Dolores de cabeza, estómago, dolores musculares, entre otras dolencias a nivel fisiológico.

· Preocupación exagerada de que ocurran cosas (tsunamis, terremotos, asaltos, que mueran sus padres).

· Incapacidad para relajarse y disfrutar plenamente su niñez.

Si su hijo presenta alguno de estos síntomas, si lo nota que no disfruta de la vida por estar preocupado por lo que puede pasar. Busque ayuda.

Los tratamientos para el TAG dependen de la edad del niño y de su severidad e incluyen desde terapia psicológica hasta medicación.

No espere a que ya los síntomas se agraven para trabajar con su hijo ansioso. Los niños con ansiedad generalizada requieren de apoyo, comprensión de todas las personas que están en su entorno, padres, maestros y demás familiares.

Recibiendo las ayudas necesarias su hijo podrá tener una vida plena y sin el sufrimiento de vivir constantemente preocupado.

Si desea consultar a la Dra. Ingrid Marín lo puede hacer mediante email: imarinespiet@gmail.com Para citas puede comunicarse al (787)222-4999