Los últimos meses no han sido fáciles a nivel mundial ante la inesperada llegada de un virus que cada día cobra más y mas vidas. En Puerto Rico, la últimas semanas han sido devastadoras a nivel emocional ante el dramático aumento del COVID 19. Ayer en la tarde la gobernadora Wanda Vázquez ofreció un mensaje que definitivamente además de hacernos recapacitar sobre el comportamiento de nuestro pueblo, nos pone en vilo ante el retorno a restricciones.

Es de comunidad sentirnos preocupados y hasta algo atemorizados con la posibilidad de contagiarnos y ante unas restricciones que nos limitan volver a la normalidad, pero que son necesarias para detener o aminorar los casos de coronavirus en la Isla.

Para algunos esta ansiedad es manejable, y los mueve a tener más precaución y cuidado de su salud. Para otros se convierte en una preocupación excesiva que paraliza, causa malestar general a nivel físico y emocional. Tienen pensamientos recurrentes como: “Creo que estallaré en una crisis. Lo peor es que a mi entender este virus nunca pasará”; “¿Y si estoy contagiando y soy asintomático?”; “Los casos en Florida siguen en aumento y lo más probable es que esas personas se vengan a Puerto Rico; ”Un cierre más no lo aguanto, necesito salir, socializar volver a como era antes”.

Preocupaciones, preocupaciones y más preocupaciones es en lo que transcurren los días de las personas que padecen del Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). Pensamientos recurrentes sobre lo que pasó, lo que está pasando y el futuro martillan la mente de la persona ansiosa sin descanso,o afectando su estabilidad física y emocional.

Todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas nos sentimos ansiosos. Los problemas económicos, de salud, de trabajo, un divorcio, entre otros, son estresores que toda persona puede experimentar y que trae ansiedad a sus vidas. Estos niveles de ansiedad son esperados y hasta cierto punto, si la persona lo maneja de forma correcta, son la gasolina que los lleva a actuar para resolver lo que les aqueja. La ansiedad puede hacerte actuar, paralizarte o destruirte, todo depende de los niveles de la misma.

Las personas que padecen TAG sufren de una preocupación y ansiedad crónica y exagerada ante las situaciones del diario vivir. Los niveles excesivos de preocupación hacen que el individuo se sienta mal consigo mismo y esto a su vez afecta su vida familiar, profesional y laboral. Los niveles de ansiedad van aumentando hasta paralizar al que lo padece y llegar a destruirlo de no ser tratada. Una persona ansiosa sin el tratamiento adecuado a nivel farmacológico y psicológico puede llegar a una depresión mayor.

El TAG comienza a mostrar sus síntomas durante la adolescencia y adultez temprana. No por esto se excluye el que los niños pudiesen comenzar a experimentar síntomas.

El Manual de Diagnóstico y Tratamiento (DSM-V) ofrece los siguientes criterios de diagnóstico para el TAG:

-Se caracteriza por preocupaciones excesivas, que se producen durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación a diversos sucesos o actividades.

-Al individuo se la hace difícil controlar la preocupación.

-La ansiedad o preocupación se asocia a tres (o más) de los siguientes seis síntomas: inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta; físicamente fatigado; dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco; irritabilidad; tensión muscular; problemas para conciliar el sueño.

-La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en el área social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

-La alteración no se atribuye a los efectos de una sustancia (drogas), ni a otra afección médica.

-La alteración no es parte de los síntomas de otro trastorno mental.

¿Qué señales de alerta debes considerar?

-¿Te preocupas por todo o por casi todo?

-¿Te genera mucha ansiedad las tareas o actividades del día?

-¿Piensas en las cosas negativas del pasado?

-¿Ves el futuro de forma negativa?

-¿No puedes dormir pensando en las cosas que tienes que hacer?

-¿Te sientes irritable, con problemas para concentrarte, inquieto o impaciente?

Si la contestación a la mayoría de estas preguntas es sí, consulta a un profesional de la salud mental para que confirme o descarte el diagnostico de TAG.

No necesariamente tienes que haber padecido de ansiedad en el pasado para experimentar episodios de esta índole en los difíciles momentos en que vivimos. Por otra parte, las personas que ya poseen un diagnostico de TAG pueden presentar la exacerbación de los síntomas ante los fuertes estresores que estamos viviendo.

El vivir preocupado resta a la calidad de vida del individuo.

Lamentablemente, cuando las enfermedades son de índole emocional, gran parte de la población piensa que poniendo empeño superara la misma. El empeño, el cambio de las cogniciones y el tratamiento a nivel psicológico y psiquiátrico son elementos fundamentales para tratar esta y otras condiciones de salud mental.

Si quieres ser feliz, trabaja para serlo, busca ayuda, no esperes a que la ansiedad domine tu vida. Ante los primeros síntomas busca ayuda, podrías llegar a tener ataque de pánicos si no lo trabajas y hasta deprimirte.

Pensar positivamente ayuda, pero no lo es todo cuando la ansiedad alcanza altos niveles.

Por otro lado, es imposible dejar a un lado estar consientes del cuidado que debemos tener para proteger nuestra salud y la de nuestros familiares ante la llegada del COVID-19.

Lava tus manos, no te toques la cara, usa alcohol o “hand sanitizer“ y nunca olvides tu mascarilla.

Si todos ponemos de nuestra parte, si vivimos el aquí y ahora aprendiendo a lidiar con esta enfermedad, se llegará a detener el aumento de casos.

Volverán las fiestas, el chinchorreo, la playa y las reuniones familiares, pero por el momento tenemos que ser cuidadosos y protegernos. Dejar el edonismo (búsqueda del placer) y ser consientes de que mantenernos en casa nos mantendrá a salvo.

Si desea coordinar una cita con la doctora Ingrid Marín Espiet en su oficina localizada en el área metropolitana, puede comunicarse al (787) 222-4999.