“El amor todo lo puede, el amor todo lo soporta”. ”Te amo más que a mi vida”. “Lo daría todo por ti”.

Estas frases, frecuentemente escuchadas o utilizadas por algunas parejas, no necesariamente son amor. Es lo que vemos en muchas personas que podemos definir como adictos al amor o codependientes. Son muchos los casos que llegan a las oficinas de psicólogos buscando entender por qué su pareja actúa de cierta forma, por qué le miente o por qué le ha engañado. Mas aún cuando han dado el todo por el todo, han dejado de ser de ellos para ser de la otra parte y no han recibido lo mismo.

Estas personas buscan respuestas a las conductas de sus parejas y maneras de poder arreglar lo que a simple vista no tiene arreglo. Evalúan como ellos “mataron” el amor, ya que a pesar de sus muestras, de sus sacrificios y atenciones, la relación no funciona. Es importante evaluar nuestra conducta, pero de igual forma se debe reconocer que la otra parte no está dando el máximo o que haz permitido cosas que no te hacen sentir feliz en la relación.

Este tipo de conducta, muy distinta al amor, se conoce como codependencia. Cuando hablamos de codependencia nos referimos a un amor enfermo que se caracteriza por la falta de identidad propia, donde la persona codependiente deja a un lado lo que siente y/o necesita para dedicarse a suplir las necesidades y deseos de su pareja.

Mansilla (2001) define la codependencia como una actitud obsesiva y compulsiva hacia el control de otras personas y las relaciones, fruto de la inseguridad.

En las relaciones donde reina la codependencia, el codependiente siente que depende de su pareja para vivir y ser feliz. Este adicto a su pareja dedica la mayor parte de su tiempo y energía para hacer que su amado se sienta bien y la relación se mantenga. Este tipo de conducta desproporcionada, donde se antepone el bienestar del otro por encima del propio, es enfermiza, adictiva y disfuncional. Por estas razones, mantener una relación así no es saludable para ninguna de las dos partes, ni para el amado ni para el que ama.

Tanto es así que al momento de una desavenencia o ruptura, el codependiente lucha por salvar lo insalvable y se hecha la culpa total de las razones por las cuales la relación no funcionó, trayendo serios problemas para poder continuar con su vida, trabajar con el luto saludablemente y/o a casi rogar que sea perdonado, ya que se ve como responsable del desamor.

¿Cómo saber si eres codependiente?
  • Te preocupas todo el tiempo por satisfacer las necesidades o pedidos de tu pareja y dejas a un lado tus necesidades.
  • Se te dificulta decir que no.
  • Se te hace difícil hablar de lo que sientes y lo que piensas por no molestar a tu pareja. Piensas que hablar de tus necesidades y sentimientos hará que la otra parte quiera terminar contigo.
  • Baja autoestima.
  • La simple idea de que la relación culmine te hace sentir triste y con ansiedad.
  • Te esfuerzas y tienes como misión hacer que la otra a parte modifique algunas conductas.
  • El bienestar de otros, sin pensar en el tuyo, te hace sentir bien.
  • Eres feliz si tu pareja lo es.
  • Te distancias de tus amigos y/o familia para hacer feliz a tu pareja.
  • Pierdes tu identidad.

El amar es dar y recibir. Es un conjunto de conductas que deben ser recíprocas para que la relación tenga una base sólida.

Si piensas que eres codependiente, debes buscar ayuda para modificar las cogniciones sobre lo que es y cómo se demuestra el amor. Esto aumentará tu autoestima y te ayudará a entender que debes permitirte recibir porque eres importante.

Una persona que solo te exija, te recrimine o te manipule emocionalmente, no te ama, solo te necesita.

Evalúa cómo te sientes en tu relación, analiza si amas o dependes, si das más de lo que recibes. Muévete en búsqueda de la felicidad.

Tu felicidad comienza cuando desarrollas el amor propio primero que todo.

Querer siempre estar, no esperar nada a cambio en la relación, dejar de ser tu para ser como el otro quiere que seas, ir sobre tus necesidades o anhelos, sobre tus valores o visión de lo que es amar y se amado... no es amor. Amor es ser empático, ser compasivo, dar y recibir. Amor es que la otra parte te complemente y no que te necesite.

Evalúate, analiza tu relación y determina cuán feliz te sientes y cuán feliz te hacen sentir. Ten claro que en muchas ocasiones el codependiente quiere dar tanto que la otra parte se acostumbra y espera de ti más de lo que está dispuesto a dar.

Si deseas coordinar una cita con la doctora Ingrid Marín Espiet en su oficina localizada en el área metropolitana, puede comunicarse al (787) 222-4999. Para consultas sobre este tema puedes hacerlo mediante el correo electrónico imarinespiet@gmail.com.