La mayor parte de las personas disfrutan de la vida en pareja. El compartir no solo la intimidad sino también el salir y dialogar con alguien especial es algo que se anhela cuando no se tiene y llega a ser el sueño de muchos compartir su vida con un ser que ames y te ame.

Pasados los treinta o cuarenta años las personas comienzan a sentir que su vida sentimental va como un reloj de arena. Rápido y sin frenos pasa el tiempo y si no se tiene pareja comienzan los cuestionamientos y las dudas si en algún momento llegara nuevamente el amor. Se sienten solos aun teniendo amistades que ocupan su tiempo más aun cuando en la época navideña hay fiestas y actividades donde el tener pareja en ocasiones es sinónimo de felicidad. Resulta difícil para muchos el ir a una fiesta solos.

Cuando esto sucede y ante la posible ansiedad que causa el tener amistades emparejadas se puede llegar a tomar decisiones, o más bien, elecciones erróneas. Por miedo a la soledad se puede llegar a aceptar cosas que no nos agradan en una relación con la esperanza de que cambien.

Otro de los pensamientos erróneos cuando se da esta necesidad imperiosa de tener pareja sin éxito es que dejamos de confiar en nosotros mismos, llegan pensamientos de que jamás se encontrará a alguien o de no contar con las cualidades físicas, económicas y/o sociales para que se enamoren de ti. Esto lo que trae como consecuencia es que bajen los niveles de autoestima y por ende en lugar de atraer lo que se hace es alejar a las personas de tu entorno.

Primero que todo, debes saber que debes controlar ese deseo imperioso de tener pareja. El definirte como un ser pleno y feliz cuando tienes a alguien a tu lado es el mayor error que puedes cometer.

Cuando sucede esto se pierde de perspectiva lo que realmente queremos en la vida y ponemos todo el esfuerzo físico y mental en una sola cosa... conseguir a alguien. Si sales a una fiesta y no conoces a una persona o no muestran interés en ti piensas que no disfrutaste. Claro está, esto sucede porque el propósito de la salida era encontrar pareja y no el que debe ser, divertirte.

Sucede también que se dan cambios en conducta para agradar a otros y no necesariamente te hacen feliz.

Cuando sales a divertirte, fluyes, eres tú mism@, aflora lo mejor de ti y ves cómo te sientes y te ven más atractiv@.

¿Qué puedes hacer?

-Controla esa ansiedad amorosa.

-Aprende a disfrutar de lo que te rodea.

- Tus vacíos y cabos sueltos no los resuelve el tener pareja.

- Sal a divertirte, se tú y veras como eres un imán para hacer amigos.

- Busca amistades y no parejas, de esta forma te aseguras de que la persona que llegue a tu vida tiene cosas en común contigo y formas de pensar parecidas.

- Sal con amistades, aunque tengan pareja. Recuerda que vas a divertirte.

- No pongas frenos ni juzgues a las personas por tus experiencias amorosas anteriores. Esto en lugar de acercar personas a ti las aleja.

- Conversa de las cosas positivas. Cuando estamos hablando de todo lo malo que nos ha pasado en el amor o en la salud, por dar algún ejemplo, podemos llegar a drenar a los que están a nuestro alrededor.

El tener pareja no lo debe determinar la edad, la época y mucho menos el estar igual que los demás. El tener pareja lo debe determinar el que sea la persona correcta. No tenemos mala suerte en el amor, hacemos malas elecciones. Cuando te enamores ten en cuenta que a tu lado debe estar un compañer@ de vida, un amigo y un amante.

Primero que todo enamórate de ti mismo, pide que esta navidad sea una de cosas hermosas a nivel personal, amate, mímate y sé tú mism@, verás cómo lo pasarás increíblemente bien y hasta esa persona que tanto quieres para ti llega en el momento en que menos lo busques. Tener pareja no es sinónimo de felicidad, es un complemento para ti vida.

Si deseas coordinar una cita con la Dra. Ingrid Marín puedes comunicarte al (787)222-4999. Para consultas, accesa a email:imarinespiet@gmail.com