Dale frente a la angustia emocional
El deterioro de tu salud mental y emocional es serio y la angustia constante y persistente es una señal de que se necesita atención clínica lo antes posible
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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La vida tiene sus altas y sus bajas. Esto lo experimentamos todos de una forma u otra. Todo es cíclico y todo está insertado en alguna forma de dualidad. Por eso es importante que te prepares para identificar cuando te encuentras en angustia emocional y saber qué es lo que te funciona a ti para manejarlo.
Empecemos por lo primero. Hay situaciones de vida que son inescapables y que siempre generan dolor emocional intenso. Algunas de ellas son la muerte de alguien querido, la enfermedad de alguien, cambio repentino en la seguridad (pérdida de ingresos, trabajo, hogar, etc.), el desamor (de pareja, de familia, de amigos), todos los duelos de la vida, algún desastre natural, las injusticias y todo lo que nos toca la fibra humana.
Aunque se piense que podemos manejar cualquiera de estos asuntos bien, la realidad es que no debemos sobreconfiarnos en ello. Hay que pensar en la prevención antes que todo. Por lo general, la información emocional, la carga y el dolor se almacenan en capas a las que se van accediendo a través del tiempo. Es por esto por lo que podemos estar bien inmediatamente después de alguno de estos sucesos y luego nos explota o abruma (así sean años después). Lo segundo es tu procesamiento mental.
Si tu mente no va alineada con lo que está pasando en realidad, se crea otro punto de generación de carga emocional. Esto ocurre de dos maneras:
1. Tú no validas que cualquiera de las situaciones mencionadas en el párrafo de arriba son apremiantes para tu dolor y espacio emocional.
2. El sobreanalizar, intentar entender algo que es totalmente emocional, la preocupación excesiva, la ansiedad derivada de la tristeza, el coraje o la frustración.
De ambas maneras se crea un espacio para abrumarte y ahogarte en la soledad con tus pensamientos. Al aislarte y quedarte en tu mente, entonces nadie puede validar lo que está pasando (a menos que seas vocal y lo digas), pero esto añade otra capa de dificultad y de angustia para ti.
Por último, está todo lo demás. Tenemos que añadirle que en la vida está lo cotidiano. Ese continuo cambio que exige diligencia de nosotros. Esto incluye el cansancio mental, físico y emocional que se va acumulando con el solo hecho de ser y existir. Además de cumplir y ser la mejor persona que podemos en el trabajo, la casa, con la familia, los amigos y en la sociedad.
Toda esta combinación de elementos y factores pueden resultar en generarte un estado de angustia emocional. La buena noticia es que esto puede ser prevenible si aseguras y buscas estar en tu mejor estado emocional siempre. Esto es tu constante autoayudarte a través del desahogo, tus lecturas de aprendizaje personal, la actividad física, el yoga, la meditación, la comida saludable, tener relaciones saludables, el dejarte ser emocional y los procesos personales que te llenan de más sabiduría como la terapia psicológica, los talleres, los retiros y el apoyo espiritual.
Tomar consciencia de esto es el primer paso para poder estar constantemente trabajando tu angustia emocional (la que puede estar en el presente o la que está por venir). Esto no se debe dejar para los momentos de crisis únicamente. Si llegas a estar en una crisis donde te sientes en tanta angustia que no sabes qué hacer. O si, por ejemplo, ves que intentas manejarlo, pero estás empeorando es obligatorio buscar ayuda profesional. En esos momentos no debes buscar escapes fáciles o no personalizados como la cuenta de motivación en Instagram.
El deterioro de tu salud mental y emocional es serio y la angustia constante y persistente es una señal de que se necesita atención clínica lo antes posible. Acepta humildemente esta realidad y da el paso para estar mejor.