Bienvenidos a este espacio diferente de “Bienestar Infinito”, en donde uno la psicología con la astrología. Es para mí un honor y una responsabilidad compartir con aquellos a que se abran a ello: lo que es mi preparación profesional, lo que hago con mis clientes en mi oficina, lo que sé que funciona por el resultado que ellos obtienen y lo que he experimentado propiamente a través de los años.

Recuerdo cuando trabajaba haciendo mis investigaciones en la Universidad de Harvard con pacientes esquizofrénicos y bipolares sobre el nivel de neurotransmisores en su cerebro como parte de mi preparación para el doctorado. Mientras coordinaba dos investigaciones científicas de mucha profundidad y alcance, me cuestionaba si eso era todo lo que podía hacer para contribuir al bienestar de aquellos seres que venían tan gentilmente a ser parte del estudio que llevábamos. 

Fue ahí que me di cuenta que a la psicología clínica le faltaba algo, al menos, para mí. Yo quería tener respuestas inmediatas al bienestar. Poderle dar a la gente información útil, práctica y concreta, además de llevar a cabo los procesos psicológicos. Y fue en esa búsqueda que me topé con la astrología. Más bien, la astrología llegó a mí (por razones que la vida misma conspiró para que se suscitaran). Y desde entonces, no me separo de ella.

La verdad es que ya no veo la astrología sin la psicología. Tampoco la psicología sin la astrología. ¿Por qué? Es que la una complementa perfectamente a la otra. Si nos ponemos a pensar en lo que es la vida, podemos resumirla en lo siguiente: 10 % de nuestro día son eventos y circunstancias; el restante 90 % son sentimientos. La vida es el cúmulo de este día a día.

La astrología se encarga de darnos luz de los eventos y también de nuestra naturaleza debido a los cálculos astronómicos del posicionamiento de los planetas en el momento del nacimiento. De ahí se llega a conclusiones estadísticas sobre el comportamiento humano. 

También vemos las tendencias generacionales de acuerdo con los planetas del sistema solar que se encuentran más alejados de nuestro planeta. Por otro lado, la psicología se encarga de darnos herramientas para manejar las emociones en torno a lo que somos y a los eventos que se manifiestan. Es por esto que la unión de ambas nos permite tener una amplia gama de posibilidades a la hora de encaminarnos al bienestar. No tan solo queremos ser productivos, sino que también queremos ser felices haciéndolo. Y toda esa información se logra con este dúo.

Les invito a ser parte de este movimiento de "Bienestar Infinito". Todas las semanas, los días martes, les compartiré información práctica, relevante y atemperada con lo que vivimos para estar mejor y volvernos nuestra mejor versión.

En base a esto, les comento que mucho ojo estos días de septiembre. Este viernes hay un eclipse penumbral de luna llena en el signo de Piscis, lo que nos va a llevar a estar muy susceptibles a nuestras emociones, sobre todo en torno a asuntos relacionado con las relaciones interpersonales. Es momento de salir de relaciones o mejorar las que tenemos. Para leer más sobre este tema, presiona aquí.

Y para ello, debemos aceptar lo que sentimos sin la necesidad de proyectarlo en el otro o en los demás. Hay que asumir responsabilidad emocional. Sabiendo también que la comunicación estará un tanto conflictiva y confusa por el tránsito de Mercurio retrógrado que dura hasta el 22 de septiembre. Pongamos a un lado la impulsividad y el desespero. Tomemos el espacio para conectar con nosotros mismos. 

El silencio interior nos dará mejor perspectiva. Respiremos y practiquemos lo que sea necesario para estimular la calma de una forma saludable. Es de suma importancia conectar con lo que se está sintiendo para que ello no se vuelva una bomba de tiempo. Este tiempo también pasará. Definitivamente, octubre será un mejor mes. Mantengamos la esperanza y el enfoque en ello.