Durante todo el año se está trabajando con lo que se quiere. Hay metas explícitas y otras implícitas. Aunque lo intentamos, uno de los mayores retos es mantenernos concentrados en el "yo". Muchas veces es el “otro” lo que termina teniendo mayor fuerza en nuestras vidas. Con el equinoccio de este pasado 23 de septiembre y la entrada del sol en Libra, es importante volver a centrarse. El enfoque debe se en el "yo" desde una forma balanceada y dinámica.

Quieres darle tiempo y espacio a la trilogía: mente, cuerpo y espíritu. Hacer esto te sintoniza con los procesos naturales a tu alrededor en donde este tema lo vemos en la relación: luz y sombra, temperatura planetaria, la cosecha versus la germinación, comienzo y cierre del año, vida y muerte, y todos los demás procesos que requieren de balance para darse.

Comienza por el cuerpo. Intenta escucharlo más. Ten paciencia con lo que te dice. Comienza con algo sencillo como tomar agua cuando lo necesitas sin importar qué. También, apóyalo con ir al baño cada vez que lo requiera. Evita sacrificar tu cuerpo, por lo que sea que esté sucediendo en tu día a día. Piensa en que en este periodo del año es necesario hacer un poco más. Por ejemplo, mientras esté el sol en Libra (hasta el 23 de octubre) es importante darle apoyo a todo tu sistema gastrointestinal con particular enfoque en los intestinos.

Es necesario que estés digiriendo bien (la acidez, el reflujo, la cándida, la hinchazón, los gases son todas señales de que no) y que puedas eliminar bien (por lo menos una vez al día). Este es el sistema del cuerpo que este signo cuida y activa y, por ende, debemos prestarle atención. ¿Cuáles son tus resoluciones para mantenerlo saludable? ¿En qué has estado fallando en torno a su cuidado? ¿Has ido a hacerte laboratorios y requerimientos médicos? Además de la alimentación, procura dedicarle el mismo cuidado al estirar y a la salud de tus músculos y coyunturas.

Trabajar la mente saludablemente puede ser toda una tarea. Lo que más requiere es de conciencia. Activa retos que involucren primeramente la concentración. Practica el tolerar el silencio. Quedarte quieto por periodos de 15 minutos o más. Hacer ejercicios contemplativos o de meditación pueden traer mucha concentración y enfoque. Lo que quieres es lograr que la calidad de tus pensamientos mejoren, que sean menos chatarra y más los que aportan al bienestar para ti.

Un elemento importantísimo para la mente es que se le nutra la creatividad. Explora lectura inspiradora. Regálate experiencias diferentes. Juega. Desarrolla mayor conexión con el arte y la cultura, aunque esto requiera que salgas de tu zona cómoda. Los beneficios de esto y/o de aprender algo totalmente nuevo como un instrumento, un idioma o aumentar tu conocimiento se traducirán a la capacidad de solucionar problemas, tener apertura de mente, solucionar tus interrogantes personales y seguir trabajando con alinear tu vida con lo que verdaderamente quieres.

Por último, el espíritu. El abordaje puede ser muy diverso. Necesitas volver a lo simple. Disfrutar de espacios íntimos con tus seres queridos, en la naturaleza y la soledad. Explora alguna práctica espiritual como el hacer mantras, orar o leer algún pasaje que te invite a pensar desde un espacio filosófico. Trabaja con tus espacios como si fueran templos. Asegura que la energía está agradable. Dale frente a conversaciones y situaciones que te ponen vulnerable y déjate guiar por el instinto. Háblale a las plantas. Pídele a tus ancestros. Honra a tu familia. Lee tus emociones. Ten todo el tiempo para conectar con lo bella que es la vida.

Al trabajar la trilogía verás cómo te sientes mejor contigo mismo. Esta es una época que requiere de esa conciencia y de crear espacios de bienestar para procesar lo que ha sido hasta ahora y para así hacer ajustes en torno al futuro cercano. Disfruta la conexión activa con el yo y recibe toda la información que seguirá llegándote sobre ti, quién eres y qué necesitas para estar bien.