De muchas maneras la autoayuda ha buscado, a lo largo de los últimos años, el que todos conectemos con la gratitud. En la mayoría de los escritos se proyecta esta práctica como asunto fácil y que solo si sacas tiempo para hacerlo lo logras.

La realidad es muy distinta. La gratitud para la mayoría de las personas resulta ser un asunto complejo. Dentro del punto de vista psicológico, la gratitud es más una actitud y un sentimiento, que requiere de trabajo honesto. Esto es algo que no puede quedarse en hacer listas por las cosas por las que dar gracias. Eso funciona solo si realmente conectas con ese sentimiento abstracto en el momento.

A lo largo de mi experiencia, son pocas las personas que logran conectar con este sentimiento así sin más. Se requiere de un poco de mayor trabajo psicológico para poder conectar con ese agradecimiento que se manifiesta continuo en la vida. Hay que invertir de nuestra conciencia para lograrlo. Es saber e internalizar en el diálogo interno que hay un espacio que requiere de una introspección activa.

El elemento clave para la gratitud es la capacidad para tener introspección, que no es otra cosa que la capacidad que se tiene para mirarse, observarse, analizarse, aceptarse y hasta pensarse. No todos tenemos una buena introspección, pues es algo que requiere mucha madurez emocional. Para ayudarte en el proceso de introspección y gratitud he construido estos dos ejercicios para que los comiences en esta semana y te unas al movimiento de dar gracias desde un espacio profundo de sanación. Espero te sirvan para lograr vivir en genuina gratitud.

Gratitud por los aprendizajes de vida:

Podemos decir con total convicción de que la vida no es fácil; es compleja. Constantemente se está aprendiendo. En muchos momentos del 2019 te encontraste teniendo que echarte un poco atrás porque el rumbo de las cosas cambió para ti. Siempre que esto ocurre es importante confiar en que todo ocurre por algo y que siempre hay un orden divino que nos protege y nos lleva por el camino del bien. Sin embargo, siempre es después que podemos verdaderamente trabajar con la aceptación total de lo que se aprendió en ese momento. Te invito a que aproveches estos días para comenzar la reflexión al respecto.

Identifica cuáles han sido tus aprendizajes de este año. Revísalos e identifica los temas centrales. Por ejemplo, puedes quizás identificar que este año has aprendido a “confiar en que hay un tiempo perfecto para todo”. Por lo menos identifica 3 a 5 de estos aprendizajes. En otro papel añádele lo siguiente: “Gracias por”. Utilizando el ejemplo anterior puedes escribir: “Gracias por confiar en que hay un tiempo para todo”.

Ten este escrito en la mesa de noche de tu cama para que puedas leerlo antes de dormir. Esta es la forma en la que logras trabajar la gratitud para contigo. Es agradecer tu resiliencia y la capacidad que tienes para continuar.

Gratitud por las bendiciones de vida:

Quizás te dé mucho más trabajo, pero es importante que identifiques también tus bendiciones del 2019. Esas cosas que te sorprendieron, agradaron y son producentes a tu progreso. Intenta identificar de 5 a 7 de ellas. Hazlo de la misma manera. Escribe en un papel todas ellas y luego intenta identificar temáticas. Una vez lo hagas, utiliza otro papel para escribir lo siguiente: “Yo merezco: ____________________ (en el blanco pones una de tus bendiciones), gracias”. Esto lo haces con cada una de ellas.

También puedes guardarlas en la mesa de noche para leerlas al despertar. Así trabajas la actitud de gratitud y conectas con el positivismo que resulta de ella.

Si te interesa pasar un día conmigo lleno de herramientas práctica para recibir el nuevo año, te invito a ser parte de [RESET]. Aquí el link: bit.ly/35kEGeR