En ocasiones, nos topamos con dificultades que son inexplicables. En otros momentos, se siente una energía cargada o de adversidad ante una situación, persona o evento. Esto ocurre para todos en algún momento de nuestras vidas. Por más que lo queramos evitar, nos pasa. El manejo de ello se vuelve una carga desagradable con la que muchas veces no queremos lidiar.

Puede ser que podamos simplemente optar por abandonar ese algo que incomoda. En otras ocasiones, hay que quedarse y manejarlo. La realidad es que, aunque se salga corriendo, siempre hay remanentes de esa energía adversa, del desamor, de la incomodidad, de lo que limita, de lo que hay que transmutar con la que nuestro organismo se queda. Es responsabilidad de cada uno el poder dejarlo atrás y crecer.

La idea es poder lograr el distanciamiento necesario de esa dificultad interpersonal, del desafío con ‘x’ situación y el perdón genuino desde lo profundo del interior. En momentos, esto todo se logra con el tiempo, pero, ocasionalmente, pasa el tiempo y seguimos en el mismo estancamiento. De hecho, podemos ver cómo los demás retoman sus vidas y continúan mientras que ‘nosotros’ seguimos en lo mismo.

A lo largo de la literatura psicológica se ha identificado la oración ancestral de Hawaii: el Ho’oponopono como una oración propicia para estimular la transmutación de lo que sea que no funciona desde el amor para que se convierta precisamente en esa energía. La oración dice así: “Lo siento. Por favor, perdóname. Te amo. Gracias”. La clave es la repetición constante de esta oración para así estimular el que la vibración de estas palabras tenga un efecto en el alrededor. La repetición sirve tanto mentalmente como a viva voz; es hacer de estas 4 frases un mantra.

El Ho’oponopono funciona para transformar la energía interna y la externa. Es útil hacerla siempre. En especial, se puede utilizar en esos momentos en los que se prevé conflicto o se está en el conflicto. Mientras el otro se exalta, se puede escuchar en silencio y repetir la oración mentalmente. Al hacerlo, el ambiente cambia y las cosas vuelven a su cauce. También es útil trabajarla en los espacios que tenemos: la casa y el lugar de trabajo. En ellos se puede escribir la oración y colocarla en algún rincón del lugar o mentalmente repetirla una y otra vez mientras se está en el lugar.

De hecho, se puede hasta utilizar esta oración para trabajar con condiciones de salud presentes. Es mentalizar el síntoma y recitar el Ho’oponopono. Se ha encontrado que los síntomas responden a esta energía de una manera en que disminuyen y hasta desaparecen.

El amor es la única energía que lo sana todo. Integremos esta herramienta como parte de nuestras vidas y así logremos transformar el alrededor y nuestro espacio interno también.