Cuando a sus trece años compuso el primer bolero, A unos ojos verdes, Rafaela Cabán Rosa no imaginó el legado musical que de su fibra artística dejaría para la historia del pentagrama boricua. Su sensibilidad, su poesía, su ternura y su amor a la patria serían los motores que quedarían en el recuerdo de esta inolvidable utuadeña.

Aunque gran parte de su niñez transcurrió en Guayama, cuando se graduó de octavo grado regresó a su pueblo natal. Su primera pasión musical fue el piano. Y aunque su madre la apoyaba, su padre, un industrial tabacalero no lo vio con buenos ojos. No obstante, sí permitió que estudiara guitarra y le compró una. 

Es en el 1948 que entra formalmente al ambiente artístico. Ese año se encontraba grabando algunas de sus obras cuando conoció a la compositora Sylvia Rexach. En aquel tiempo, Sylvia encabezaba el grupo Las Damiselas junto a Elena Rita Ortiz y Millita Quiñones. Este grupo, por lo general, se presentaba en los espectáculos de La farándula bohemia de Ramón Rivero “Diplo”.  La amistad que se desarrolló entre Rafaela y Sylvia fue suficiente para que la invitara a participar en el grupo. Pero Rafaela no se sentía preparada para estar frente a un público y rechazó el ofrecimiento.  Meses más tarde, Sylvia se separa de Las Damiselas y las otras integrantes convencen a Cabán para formar el Trío Las Golondrinas y de esta forma cumplir con todos los compromisos pendientes.

Con Sharon Riley y Dean Zayas. (Archivo)
Con Sharon Riley y Dean Zayas. (Archivo)

En el 1949, el trío se disolvió y Sylvia reunió nuevas integrantes para revivir Las Damiselas, y en esta ocasión Rafaela se unió a Lucy Boscana como guitarrista teniendo a Daly Rosario en la batería y a Marta Romero y Blanquita Romero como vocalistas. Curiosamente es la actriz y cantante Marta Romero quien comienza a llamarla con el apodo de “Ketty”. De ahí en adelante desapareció el nombre de Rafaela para rebautizarse artísticamente y quedar para siempre con el nombre que la conocerían las generaciones venideras. Al disolverse el grupo en par de años, Ketty se traslada a Nueva York donde fue actriz y subgerente de mercadeo de una empresa de cosméticos.

En 1953, comienzan sus canciones a integrar el espacio musical de la isla siendo sus intérpretes figuras como Tito Lara, el dúo Lara y María Esther, Los Hispanos, Gilberto Monroig, el Trío San Juan de Johnny Albino, Xiomara Alfaro, Las Hermanas Castillo,  Reneé Barrios y  Ednita Nazario,  entre otros.  Diez años se mantuvo en la Ciudad de los Rascacielos y regresó a la isla ante la noticia de la gravedad de su amiga Sylvia Rexach.  Con la muerte de la compositora de Alma adentro  y Nave sin rumbo, Ketty perdió gran parte de su deseo de componer. La tristeza mermó por años la producción de melodías y letras del calibre que solo ella podía tener. Se dedicó a producir un programa de radio llamado Teenager’s Time y, posteriormente, se convirtió en la primera mujer gerente de mercadeo de una hospedería. Se mantuvo en el Hotel Tanamá por casi treinta años. Luego estableció su propio guest house y fundó el periódico El Interrogador.

Las Damiselas. (Archivo)
Las Damiselas. (Archivo)

A Ketty le encantaba la música clásica, el rock, la música moderna. Era un ser vanguardista y adelantada a su época. Siempre estuvo al tanto de lo que ocurría en la música en nuestro país. Las influencias, los nuevos intérpretes y las fusiones musicales tan de moda en estos tiempos.  Hoy se oficiará una misa en la iglesia de Utuado y allí diremos presenta.  Como muestra de su sensibilidad se me ha conferido el honor de interpretar una de sus obras llamada Ramona, una canción de arte dedicada a una humilde lavandera de su pueblo, también se escuchará la pieza Tenemos que seguir, que fue grabada por Hugo Leonel Vaccaro.

Ketty Cabán que fue exaltada al Salón de la Fama de la Música este año, tuvo la oportunidad de recibir en vida ese reconocimiento y de sentir la inigualable alegría de saberse querida y valorada. Nos deja un legado de canciones que hay que cantar, que hay que grabar y enseñar a las nuevas generaciones. Busquen piezas como Amigos, Nunca, Perdóname, La comedia acabó, Doña Soledad, Oye tú, Confesión, Angustia, Un motivo, Traición y Olvido, y escritas en inglés: Those, Beyond my night, Hauted y Oh Boy!.

¡Sigues viva en tus letras, en tus melodías, en el corazón de los amantes de la buena música y los que saben soñar al compás del sentimiento!