¡Que vida y que legado: 106 años, su mayoría al servicio de Puerto Rico, sus bosques, sus ríos y sobre todo, su gente!

¡Gracias don Frank por tanto! Por reforestar nuestro terruño cuando a mediados del siglo pasado el tabaco, el café, la caña y la ganadería nos habían dejado apenas unos cuantos parchos verdes.

Gracias por gestar la conservación de nuestros bosques, nuestras fábricas de agua. Por fomentar la investigación de nuestros bosques tropicales y de nuestras maderas preciosas. Por permitirnos conocer cada árbol, cada especie arbórea que habita en esta isla. Gracias por abrir las puertas de nuestros bosques a través de veredas interpretativas y áreas recreativas.

Relacionadas

Gracias por inspirar a un grupo de jóvenes desde el 1952 con la creación de la Patrulla de Naturaleza de los Scouts en el Campamento Guajataka. Hoy muchos de ellos son los hombres y mujeres que protegen y manejan nuestros recursos naturales.

Gracias por tus proyectos para con los niños, como fue la creación, en conjunto con la Sociedad de Historia Natural, del Centro Ambiental Santa Ana (CASA) en el Parque Nacional Julio Enrique Monagas en Bayamón. Hoy día es un centro de naturaleza administrado por la Universidad Interamericana Recinto Metro, en colaboración con el Programa de Parques Nacionales.

Gracias por fomentar el conocimiento de nuestra naturaleza y cómo interpretarla para que conectáramos emocionalmente con la importancia de su protección.

Gracias por ser mentor de tantos, incluyéndome. ¡Tu consejo sabio, preciso y humilde nos acompañará siempre!

Tu interés mayor luego de décadas de trabajo en conservación fue la educación ambiental; que todos los niños y las niñas de Puerto Rico tuvieran la oportunidad de conocer nuestra maravillosa naturaleza y cómo protegerla.

Nuestro abrazo solidario a Isabelita, a toda tu familia y amistades por tu partida. Sembraste tantas semillas en esos 106 años, que creaste un inmenso bosque que ahora continuará tu legado. ¡Gracias a nuestro Árbol Gigante!