Imaginemos por un segundo que participamos como atletas de un relevo 4x400 metros en una importante carrera. Los primeros competidores de tu equipo hicieron su trabajo, cumplieron con las expectativas y pasaron el batón a tiempo.

Luego es el turno del tercero de tu equipo, quien -lamentablemente- no fue eficiente, no cumplió con lo que se esperaba. El equipo contrario lleva una gran ventaja cuando te toca a ti tomar el batón e intentar ganar la carrera.

Diste tu máximo, más de lo que hubieras imaginado, pero el daño irreparable del tercer competidor no te permitió cruzar la línea de la meta como el más veloz de todos. Para tu sorpresa, el competidor que atrasó la carrera es el más enojado que está con el resultado, te dice que fue tu culpa, que pudiste haber ganado, que era tu responsabilidad.

El parecido con la realidad puertorriqueña es pura coincidencia.

Natalie Cruz Cotto, estudiante de derecho.
Natalie Cruz Cotto, estudiante de derecho. (Suministrada)

La gobernadora Wanda Vázquez Garced nos acaba de pasar el batón a todos y a todas para esta nueva fase del COVID-19. Ahora es nuestro turno, llegó tu momento, boricua; demuestra de lo que estás hecho. Ve al cine, a la playa, a los centros comerciales, restaurantes, conciertos y gimnasios. ¡OJO! Tienes que tener cuidado, usa la mascarilla y guarda distancia, que si te contagias fue porque no cumpliste con tu responsabilidad, algo hiciste mal.

El estado tiene un deber de proteger a sus ciudadanos en todo momento. Se deben tomar las mejores decisiones para el bienestar común, sobre todo cuando atravesamos situaciones de emergencia, como la que estamos viviendo actualmente. Pero así no es que funciona la cosa en Puerto Rico. Aquí se apuesta por la opción más peligrosa, la más cruel y vil de todas, la reapertura de más de la mitad del país y el pueblo que asuma el riesgo.

Nuestro gobierno se acaba de lavar las manos, como Pilatos, como si no fuera con ellos la cosa. Según las expresiones de la gobernadora Wanda Vázquez Merced, ya no es responsabilidad del gobierno, ahora es de los ciudadanos.

A mi juicio, no hay nada más lejos de la verdad. No podemos negar que cada uno de nosotros y nosotras tiene que tomar las medidas de precaución. Lo que no se puede tolerar es el discurso de transferibilidad de responsabilidad al ciudadano, intentando de esa manera exonerar a los entes gubernamentales de sus fallas cometidas a través de todo el proceso del manejo de la emergencia.

La estrategia es pasarnos el batón ahora, para que cuando los resultados de la reapertura no sean favorables se pueda ocultar la incompetencia del estado con la trillada frase de “se los dije, tenían que ser responsables”.

Las fallas por parte del poder Ejecutivo han sido tantas durante esta crisis que no ven otra salida, solo pasar el batón. Sin embargo, es importantísimo tener presente que para ganar la carrera todos los competidores tienen que cumplir a cabalidad con su encomienda. Me temo que en nuestro caso, cuando nos pasaron el batón, no se había cumplido con lo acordado. Sin embargo, como éramos los últimos corredores, se esperaba que llegáramos a la meta con el primer lugar.