Por Josy Latorre / cantante

Compartir mi opinión respecto a una polémica pública no es algo que suelo hacer. Pero cuando se me pidió mi sentir, como mujer y como artista, respecto a la controversia que ha generado la participación de Iris Chacón en las Fiestas de la Calle San Sebastián, accedí a hacerlo por diversas razones.

En primer lugar, por que admiro y respeto a Iris Chacón, y me apenó mucho ver los comentarios soeces y groseros que se hicieron sobre ella. Iris Chacón es una mujer talentosa, luchadora, valiente. Es una artista que rompió esquemas, estableció pautas y se dio a respetar como “vedette” en un ambiente en el que históricamente las mujeres hemos estado en desventaja. Y lo hizo siempre con una gran elegancia y un gran respeto a su profesión, que le ganó el amor y cariño de todo un pueblo.

Josy Latorre (Archivo)
Josy Latorre (Archivo) (TERESA.CANINO@GFRMEDIA.COM)

Iris no es mi amiga personal, somos colegas en el arte y en ocasiones hemos compartido brevemente en escenarios o actividades artísticas. Conozco de ella lo que todos conocen: su origen humilde, cómo se hizo sola y alcanzó todos sus éxitos desde muy joven a fuerza de tesón, trabajo y de haber hecho una carrera magistral, siempre representando a Puerto Rico con gran orgullo. El amor de Iris por Puerto Rico siempre ha sido su bandera. Esta es otra razón por la que acepté emitir esta opinión. Y porque las mujeres tenemos que ser solidarias y apoyarnos unas a las otras siempre, especialmente en los momentos difíciles.

Su presentación en las Fiestas generó una controversia por razones tan burdas y simplonas, que ni voy a entrar en ellas. Simplemente, me parece injusto que se trate así a una gran artista que lo único que ha hecho es regalarle su talento y su arte a su pueblo con amor, sinceridad y sobre todo, humildad.

Yo siento que Iris, al igual que yo, forma parte de una clase artística que aunque ya nos acercamos a los 70 años, seguimos viviendo nuestra profesión con alegría, compromiso y muchos deseos de hacerlo mejor cada día. Nadie tiene derecho a juzgarla o ponerle sellos por razones triviales y totalmente subjetivas, que en nada contribuyen al respeto y consideración que ella se merece por todo lo que le ha dado a su gente y a nuestro País.

Si a esta edad Iris quiere seguir batiendo su chocolate, que lo haga, con estilo y clase como siempre lo ha hecho. Es su derecho, y a “La Vedette de América” nadie le quita lo baila’o.