Por Eddie Ramírez Castellano / comerciante de San Juan

Mi Viejo San Juan, vemos como abusan de ti sin tomar en consideración tu edad. Deberíamos aprender de tu resiliencia, tu fortaleza y tu historia. Tan reciente como la semana pasada se celebraron las Fiestas de la Calle de San Sebastián número 50, bajo una lluvia de controversias. Que si se cancelan o se continúa con la celebración. Todo a raíz de los sucesos sísmicos que están ocurriendo en el sur de nuestra isla. Si, estos eventos han afectado a muchos puertorriqueños de forma directa, tenemos familias que perdieron sus hogares, lugar de trabajo y otras que por temor a que ocurra otro movimiento sísmico no quieren volver a entrar a una estructura. Ante toda situación lamentable nosotros los seres humanos tenemos que ser comprensivos y empáticos con el prójimo, pero nuestras vidas tienen que continuar. En mayor parte por nuestra sociedad, el hecho que unos celebren mientras nuestros hermanos padecen no es símbolo de menosprecio, de que seamos inconscientes, en fin, la vida tiene que continuar. ¡Que bien que se dieron las fiestas! El pueblo se desahogó…

Ayer volvemos a ver como el Viejo San Juan se transforma en un tablón de expresión. En el pueblo hay mucha indignación, frustración y coraje, llegamos al punto de ebullición. ¿Quien puede contener un acto de carácter espontaneo? Es de conocimiento que toda acción tiene una consecuencia. Es instinto, que si provocamos habrá consecuencias, y en la mayoría de los casos esta son unas que tendremos que lamentar y luego remediar. Poniendo en balanza y en perspectiva que es peor la ineficiencia de nuestro gobierno ante situaciones de extrema emergencia o la expresión de un pueblo enfadado. Limitar nuestros derechos por capricho, incitar con abuso de poder solo va a traer efectos negativos y causas que lamentar. El Viejo San Juan tiene un magnetismo único, será por su encanto, su magia, su composición urbana una que ubica oficinas de gobierno, comercios, centros educativos, culturales y residencias. Esta ciudad es única y al final tenemos que cuidar de ella, no podemos continuar abusando de su encanto, vemos cada día como laceramos su imagen con actos que bien son justificados y que se podrían evitar si controlamos la provocación. Si mutilamos su imagen bien es culpa de todos, luego nos unimos a devolverle su encanto, pero igual la cicatriz se queda, captada por el lente y vista por muchos. Insto en que hagamos una evaluación retrospectiva y evaluemos nuestras acciones, ya es hora….

Unidos podemos cambiar nuestro futuro por un Puerto Rico lleno de prosperidad y paz