La reproducción acelerada del nuevo coronavirus ha paralizado el libre movimiento de personas, educación, negocios, servicios privados y gubernamentales a tal magnitud que ya ha hecho repensar a líderes políticos, empresarios y personas en particular en la implementación de tecnología que ha sido ignorada. Habrá un cambio de inmediato y permanente en la forma en que vivimos, tanto en nuestros trabajos como en nuestro tiempo libre, en la forma en que nos comunicamos, compramos, viajamos, nos entretenemos y hasta cómo nos relacionamos en familia.

En términos de empleo, el efecto sobre los trabajos va a ser catastrófico y superará por mucho lo sucedido durante la crisis económica del 2008, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo, ya muchas compañías hicieron uso de plataformas de videoconferencias o llamadas en conferencias. Hay una alta probabilidad que las reuniones virtuales se adopten de forma más generalizada. Tan es así, que la rama judicial ha comenzado los trabajos del tribunal por medio de videoconferencias en sala de investigaciones y hasta juicios. Las legislaturas a nivel internacional podrían adaptarse a esto de igual forma.

Sobre la educación, hay que considerar que el cierre de las escuelas y la sustitución de las clases presenciales por educación a distancia es el camino a seguir. De hecho, las universidades privadas en Puerto Rico están realizando encuestas sobre la experiencia educativa a distancia. Es un claro movimiento para adaptarse a esta tecnología.

En términos numéricos, según notas de prensa, la pandemia ha impactado la economía local con unos $1,600 millones en pérdidas en solo las primeras dos semanas y se prevé que sigamos con el cierre parcial de nuestra actividad económica.

¿Se espera un baby boom en los próximos meses? Medios estadounidenses hacen referencia a una investigación del Instituto de Estudios Familiares y las tendencias de nacimiento después de catástrofes recientes, incluidos los huracanes María y Katrina en Estados Unidos, así como los brotes de ébola en 2015 en países africanos. Según hallazgos, hubo descensos en las tasas de natalidad. Sobre este particular, nos resta esperar.

¿Sobre el quehacer cotidiano, entretenimiento y las relaciones? Desde comprar los alimentos del mes hasta ir a cenar a un restaurante ya no será igual. Ambas ya se podían hacer a través de un smartphone. Sin embargo, se convertirá en la norma como mecanismo de protección. En gestiones con el gobierno habrá más demanda que nunca para solicitar documentos en cualquiera de los departamentos.

Observamos cómo de inmediato se dispararon los lives de las redes sociales de forma creativa. Desde conciertos de grandes artistas locales e internacionales, hacer ejercicios, consultas médicas, recetas de cocina. Según los expertos, cambiará hasta la forma de tener sexo. Sobre esto último, explican que el confinamiento es una oportunidad para descubrir nuevas formas de relacionarse.

Finalmente, como puertorriqueños ¿abrazaremos estos cambios? Hay muchísimas interrogantes...

De lo que no hay dudas es que el confinamiento nos está poniendo a prueba a todos y en muchos aspectos de nuestra vida diaria desde el momento en que nos levantamos... hasta decidir si abrazar a un ser querido. El coronavirus se ha convertido en una gran muralla que nos separa del calor humano.

En la historia hay momentos que producen giros, que rediseñan nuestra forma de vivir. Esto no es una serie de Hulu ni una película del futuro, es la nueva normalidad.