Imagina esto: estás en una reunión importante, te ríes a carcajadas de un chiste y de repente sientes humedad en tu ropa interior. ¡Tu vejiga nuevamente está haciendo de las suyas! Situaciones que pudieran ser embarazosas como esta son comunes en mujeres que padecen de incontinencia urinaria.

Se estima que entre 25% y 45% de las mujeres puertorriqueñas han experimentado escapes de orina en algún momento de sus vidas. Se trata de la pérdida involuntaria de orina que ocurre cuando los músculos del suelo pélvico se debilitan y dejan de sostener adecuadamente la vejiga. Esto provoca escapes de orina, ya sea al realizar algún esfuerzo físico, ante una urgencia incontrolable por orinar o, en algunos casos, de forma persistente. Contrario a la creencia popular, no se trata exclusivamente de un asunto de la tercera edad. Embarazos, partos, menopausia, obesidad, cirugías, entre otros factores, pueden debilitar los músculos pélvicos y dar paso a esas fugas que nos hacen correr al baño.

Se manifiesta principalmente en tres formas:

- Incontinencia de esfuerzo: Se presenta cuando la presión en la vejiga por actividades físicas como tos, risa o ejercicio sobrepasa la capacidad de los músculos pélvicos provocando escapes de orina.

- Incontinencia de urgencia: Cuando sientes una imperiosa necesidad de orinar y no logras contenerla hasta llegar al baño.

- Incontinencia mixta: Presenta tanto síntomas de incontinencia de esfuerzo como de urgencia.

Afortunadamente, hoy en día existen diversas alternativas terapéuticas para manejar los síntomas de la incontinencia urinaria. Los ejercicios de fortalecimiento del piso pélvico o ejercicios Kegel suelen ser la primera línea de tratamiento. También se utilizan fármacos, dispositivos médicos, fisioterapia e incluso procedimientos quirúrgicos en casos más complejos.

La incontinencia urinaria no debe ser tabú en Puerto Rico ni asumirse como parte inevitable de envejecer. Aunque es más común a medida que cumplimos años, hoy en día existen tratamientos efectivos para manejarla a cualquier edad. Así que no importa si estás en tus 20 o tus 80, si notas algún escape involuntario de orina, ya sea al hacer deportes, por urgencia para llegar al baño o de forma persistente, no lo ignores. Acude pronto a tu ginecólogo para que evalúe tu caso y diseñe un plan de acción a la medida. Entre más temprano controles el problema, aumentas la probabilidad de superarlo y prevenir que los síntomas empeoren con el tiempo. Y lo más importante, podrás retomar el control de tu vejiga para seguir disfrutando de tu vida íntima, social y laboral al máximo, sin accidentes de por medio.