Por: Gerardo Cruz Maldonado, Comisionado Electoral del PPD

Es imperativo que la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) cumpla con su responsabilidad ministerial de cara al inicio del escrutinio general, con la seguridad de que el voto que resta por adjudicar se realice con todas las garantías de confiabilidad y transparencia que exige el momento histórico que vivimos.  Eso lo hacemos si podemos contar con más herramientas y no con menos.  Las listas de los electores que votaron por cualquier modalidad de voto adelantado es la lista por excelencia de exclusión para prevenir el doble voto.

La mayoría del voto adelantado emitido antes del 3 de noviembre ha sido contabilizado y casi todo divulgado al público.  Resta corregir un mínimo de actas y culminar la adjudicación de varias papeletas y con ello, podemos poner punto final al atropellado y escabroso manejo del voto adelantado por Junta Administrativa del Voto Adelantado y Ausente (JAVAA).

No obstante, para miles de electores la “noche del evento” no ha terminado.  A 13,725 electores que votaron el 3 de noviembre no le hemos resuelto dos asuntos fundamentales: primero,  si tienen derecho o no a votar. Segundo, y si le vamos a adjudicar su voto.  Me refiero al “Voto Añadido a Mano”, que para este proceso electoral también reflejó un comportamiento fuera de lo normal.  El voto añadido a mano que se adjudicó durante el proceso de escrutinio general en el pasado, era insignificante y de ordinario no alteraba el resultado electoral para nadie en Puerto Rico.  Usualmente era un elector que por error de la propia CEE no era incluido en la lista o porque no tenía el elector la tarjeta electoral consigo a la hora de votar, entre otras cosas sencillas.

Gerardo Cruz Maldonado
Gerardo Cruz Maldonado (Ramón "Tonito" Zayas)

Para las elecciones generales del 2012, el voto Añadido a Mano antes de iniciar el escrutinio general ascendió a 5,315.  Para las elecciones del 2016, ese voto ascendió a 5,061.  La suma de esas dos elecciones generales, no supera los 13,725 electores de este evento, en donde resulta necesario tener las listas de votación para todas las categorías de “voto adelantado” antes del escrutinio para contestar la primera pregunta, es decir, si tienen o no derecho a que su voto sea contabilizado.

Y si lo tiene, hay que contestar la segunda pregunta que es, si ese elector votó por alguna de las categorías de voto adelantado previamente.

La razón de contestar esa pregunta es porque hay abundante evidencia de que la CEE no pudo manejar adecuadamente el voto adelantado.  El PPD cuenta con evidencia de electores que nunca solicitaron el voto por correo u otras modalidades, y la CEE se los aprobó.  Los abogados del PPD cuentan con solicitudes pre impresa en donde los electores nos afirman que ellos nunca pidieron ese voto.  Y tenemos el caso de Luquillo donde el comisionado local del PNP tramitaba una solicitud de voto adelantado de dos familiares de forma fraudulenta.

La CEE debe garantizar que, a la hora de adjudicar el voto añadido a mano, lo hagamos con las garantías escritas en los reglamentos y en los manuales, aprobados por unanimidad y que dejemos de seguir modificando las formas de administrar un resultado electoral que echa sombras innecesarias a la maltrecha imagen de la agencia. Hay que culminar la noche del evento de una vez, pero hay que hacerlo con las garantías de confiabilidad y transparencia que nos exige el pueblo puertorriqueño.