Año tras año, el 11 de noviembre hacemos una pausa para recordar y celebrar el sacrificio de nuestros veteranos: aquellos hombres y mujeres quienes voluntariamente han servido a nuestra nación en uniforme, dejando atrás sus intereses personales, para defender nuestras libertades y estilo de vida.

Pero creo que este año debemos ir más allá del día libre. Debemos cuestionarnos si como sociedad, verdaderamente apreciamos esos sacrificios de nuestros veteranos, o si, por el contrario, creemos que esas libertades siempre van a estar ahí, sin ningún esfuerzo. No hay más que leer las noticias para darnos cuenta de que, no solo no apreciamos el sacrificio de nuestros veteranos, sino que, además, constantemente ponemos en riesgo el estilo de vida que su sacrificio ha hecho posible.

Grupos de interés han convertido nuestra libertad de expresión en un arma en contra de nuestras instituciones democráticas y en contra de todos aquellos que no piensen como ellos. No persiguen otra meta que no sea desacreditar a nuestras instituciones democráticas, guiados por un interés puramente ideológico. Esto claramente ha creado un sentido de desasosiego colectivo en nuestra isla.

No hay dudas de que es importante que exista un proceso de fiscalización responsable hacia nuestros gobiernos a todos los niveles. Esto debe ser cierto no solo en Puerto Rico, si no en cada uno de los estados de la unión, así como en los demás países del mundo. Claro que es legítimo estar en desacuerdo sobre alguna ley o determinación de alguna de nuestras instituciones. Pero de ahí, a destruir al otro, o a tratar de desestabilizar a la isla para que una ideología prevalezca, hay un largo trecho.

Los niveles de criminalidad, y el estado de nuestra salud mental en la isla son indicadores de que el ataque contra nuestras instituciones nos está haciendo daño. Si no enderezamos el rumbo, nos quedamos sin isla. La gran mayoría de los miembros de estos grupos de interés ideológicos que buscan deslegitimar a nuestras instituciones democráticas, no han experimentado lo que es estar en una zona de guerra.

No conocen lo que significa el verdadero caos que se crea cuando las instituciones democráticas de un país se derrumban. Nuestros veteranos sí lo conocen y por ello han protegido con sangre nuestro estilo de vida. Creo que, como sociedad, todos los puertorriqueños debemos utilizar nuestras libertades, que con bastante sacrificio fueron alcanzadas, para reflexionar y enfocarnos en el trato al prójimo con respeto.

Y si debemos diferir, hacerlo guiados por la buena fe en busca del bien común, no de nuestra trinchera ideológica. En palabras de Patrick Henry, figura prominente de la Revolución Americana, “Unidos; resistimos. Divididos; caemos. No nos separemos en facciones que deben destruir la unión de la que depende nuestra existencia.” Como veterano no es fácil ver cómo nuestras libertades se utilizan en contra de nuestros propios ciudadanos.

En este Día del Veterano, si verdaderamente quieren honrar nuestro servicio, empecemos a utilizar nuestras libertades para construir, y no para destruir.

El autor es Teniente Coronel Retirado, Egresado del Colegio Graduado de Comando y Staff General del Ejército de Estados Unidos.