El arte de envejecer bien: neurociencia, salud y creatividad
Los programas educativos y de salud deberían considerar la creatividad y el arte como herramientas fundamentales para el cerebro.

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El envejecimiento saludable es un tema necesario de conversación para todos y todas en Puerto Rico. Un estudio internacional reciente aporta una pieza significativa a este asunto: realizar actividades creativas como bailar, tocar música, artes visuales o jugar videojuegos estratégicos, está asociado con un cerebro que luce más joven de lo que indican los años de vida. ¡Así como lo lees!
Estos resultados surgen de un análisis de imágenes cerebrales y encuestas a más de 1,400 personas en 13 países. Los participantes del estudio fueron bailarines, músicos, artistas visuales y jugadores de videojuegos con diferentes años de experiencia. El equipo científico usó modelos computacionales y algoritmos para estimar la edad del cerebro, según los patrones de actividad y las estructuras neuronales.
La diferencia entre la edad biológica y esta edad estimada se conoce como la “brecha de edad cerebral”. Cuando un cerebro parece más viejo de lo esperado, esa brecha aumenta y, cuando parece más joven, disminuye. En este estudio, las personas con mayor dedicación a la actividad creativa mostraron una brecha de edad cerebral reducida. En otras palabras, sus cerebros lucían más jóvenes, según el método que utilizaron.
Uno de los hallazgos más consistente fue que las personas con mayor experiencia mostraron un efecto más pronunciado. No es lo mismo bailar de vez en cuando que tomar clases de baile y perfeccionar los pasos con rutinas de coordinación todas las semanas. Tampoco es igual dibujar una vez al mes que mantener una práctica artística de pintura diariamente. Los músicos con miles de horas de práctica, los bailarines experimentados y los jugadores avanzados de videojuegos estratégicos mostraron perfiles cerebrales más juveniles.
Los datos del estudio coinciden con los principios de la neuroplasticidad: el cerebro cambia con la práctica sostenida. Igual que un deportista desarrolla fuerza y precisión, una persona creativa desarrolla redes neuronales más eficientes para tener mejor atención, flexibilidad emocional, control motor, planificación y solución de problemas. El aumento de la eficiencia neurocognitiva ocurre especialmente en regiones frontales y parietales de la corteza cerebral, las cuales son vulnerables al envejecimiento. Mantenerlas activas es una inversión en salud cerebral.
El estudio encontró también un efecto a corto plazo. En específico, un subgrupo de participantes sin experiencia completó 30 horas de entrenamiento en un videojuego estratégico y luego midieron la actividad cerebral. Los investigadores encontraron mejoras estimadas en la edad cerebral, lo cual sugiere que la creatividad no solamente promueve una reserva cognitiva a largo plazo, sino que puede generar beneficios en poco tiempo. No hace falta ser un artista consagrado para ver cambios positivos.
¿Cómo la creatividad protege el cerebro? Aunque las formas creativas son diferentes, todas comparten unos elementos: exigen imaginación, buscan soluciones novedosas y requieren adaptarse constantemente. Bailar salsa o merengue requiere coordinación fina, ritmo, atención a la pareja y ajustes de velocidad en tiempo real. Tocar un instrumento activa redes neuronales de percepción, memoria, movimiento y emoción. Los videojuegos estratégicos demandan rapidez, flexibilidad cognitiva y decisiones bajo presión.
Este estudio es pertinente para los que tratamos de promover estilos de vida saludables en Puerto Rico. Las enfermedades neurodegenerativas y los retos cognitivos asociados a la edad continúan en aumento. Es altamente recomendable resolver crucigramas y memorizar listas de palabras para ejercitar el cerebro. No obstante, los resultados indican que la creatividad, en todas sus formas, puede ayudar a retrasar el envejecimiento cerebral de manera efectiva.
Los programas educativos y de salud deberían considerar la creatividad y el arte como herramientas fundamentales para el cerebro. Esto no es nada nuevo. Repensemos en un currículo escolar que integre baile, música, teatro y pensamiento estratégico, no como clases extra, sino como pilares del bienestar neurocognitivo de nuestros niños y jóvenes. Todas las iniciativas comunitarias, públicas o privadas, que fomenten las actividades creativas pueden ser estrategias preventivas para mantener el cerebro joven mientras envejecemos.
El mensaje detrás de la evidencia científica: dedicar tiempo para crear, ya sea bailando, escribiendo, grabando, pintando o jugando, no solamente enriquece la vida, sino que nos ayuda a conservar el cerebro joven y flexible. Si te hacía falta otra excusa para retomar esas clases de salsa, asistir a talleres de arte y pintura, o desempolvar la guitarra, la neurociencia acaba de darte una muy buena justificación.


