El Congreso federal creó en 1972 el SSI y excluyó totalmente a los puertorriqueños de este programa, el cual signficaría tremendos cambios multimillonarios desde ese año. En este año la legislatura ha propuesto dárnolos por 3 años y no es recurrente. No ayuda a la economía de Puerto Rico. Siempre estamos dependiendo de cambios sobre todos estos programas.

Este programa traería aproximadamente entre $841 a $1,250 mensuales por familia. En este momento, el programa viejo que nos dejaron nos da un beneficio de $80 y nada más que a 34,000 personas. Y bajo la ley del SSI, 350,000 personas aproximadamente tendrían derecho y haría una inyección económica de $3.5 billones anuales recurrentes, aproximadamente.

Nuestra organización sin fines de lucro, U.S. Citizens for Equal Protection, Inc., está promoviendo que el SSI aplique a la Isla a través del caso judicial Peña-Martínez v. Azar. Esta demanda está en suspenso hasta que el Tribunal Supremo federal decida sobre la aplicación del programa en la Isla en otro caso, US v. Vaello.

Sea mediante una decisión del Supremo, la meta es reparar la injusticia que se cometió contra los residentes de Puerto Rico cuando en 1972, el Congreso decidió no extendernos la aplicación del SSI, a pesar de aplicarlo a todos los ciudadanos americanos.

Para que comprendamos qué pasaría si tuviéramos el SSI, comencemos por indicar que en enero de 2022, los pagos mensuales máximos subirían a $841 para individuos y a $1,261 para una familia de cuatro. Compare eso con lo que el Congreso nos dejó en 1972, la Ayuda a Envejecientes, Ciegos y Discapacitados (AABD), cuyo pago ronda en unos $80 al mes y que tiene solo 34,000 beneficiarios. En contraste, el SSI aplicaría a 350,000 personas aproximadamente y un beneficio a la economía de $3.5 billones recurrentes anualmente.

En cuanto a elegibilidad, el SSI tiene dos criterios básicos que cumplir. El primero es tener necesidad económica, ser indigente, porque se trata de un programa diseñado para mejorar la calidad de vida de los necesitados. El segundo es tener al menos 65 años, ser ciego o tener alguna discapacidad. Y es solo una de esas tres; no hay que tener todas o más de una.

El SSI, no tiene nada que ver con Seguro Social, pues es un programa totalmente separado.

El SSI está disponible para todos los ciudadanos americanos, excepto para los que viven en Puerto Rico, Islas Vírgenes, Guam y Samoa. Esto, a pesar de que los residentes de esos territorios son igual de ciudadanos y tienen las mismas necesidades que los mayores de edad, discapacitados o ciegos que viven en los estados. Este discrimen es dañino para los pobres puertorriqueños. Punto.

Por el bien de cientos de miles de nuestros hermanos necesitados debemos seguir luchando contra este discrimen, tanto en el Senado federal como en los tribunals federales.