Los primeros 100 días de los gobiernos municipales y estatales están por llegar. Hemos observado la ejecución de sus planes de trabajo y su gestión pública ante diversas situaciones que aquejan sus municipios. Muchos de ellos han se han enfocado en impactar rápidamente los problemas que afectan a su municipio. Sin duda alguna, uno de los problemas primordiales que poseen los nuevos alcaldes es el manejo de los desperdicios sólidos.

Cabe señalar que a través de los años la situación de los desperdicios sólidos en nuestro país se ha convertido en un problema grave y cada vez que sale a la luz pública, se silencia. Municipios como San Juan, Ciales, Añasco, Adjuntas, Culebra entre otros, han expresado cuán difícil les ha resultado el manejo de los desperdicios sólidos.

Para nuestros ciudadanos el recogido de la basura es un factor crucial al momento de evaluar la administración municipal de turno. Sin embargo, muy pocos tienen conocimiento sobre qué hay detrás de un recogido de desperdicios sólidos o basura como nosotros lo conocemos. Los municipios son la cara principal en esta situación, pero el gobierno estatal no puede echarse a un lado, ya que es el responsable de ofrecer alternativas viables.

Recoger la basura no es el mero hecho de pasar por la residencia semanalmente y depositarla en los vertederos. Esta tarea pública va mucho más allá, está envuelto el costo por recogido, el costo de depósito, la vida útil de los vertederos, la durabilidad de los desperdicios que depositamos y los costos de permisos para cumplir con las agencias pertinentes.

En este momento, los factores que afectan a nuestros gobiernos municipales y al gobierno estatal son dos: en primer lugar, la vida útil de los vertederos y en segundo lugar los costos que esto provoca. Esta situación nos encamina a cuestionar dónde están nuestros programas de reciclaje y qué opciones el gobierno ha buscado para sustituir los vertederos.

En el caso de la vida útil de los vertederos, hemos escuchado por años cómo la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) ha indicado que no les queda vida útil, por lo que hay que ir buscando opciones. En el 2019, la Cámara de Representantes rindió el informe 1339, en el que presenta la problemática de cierre de unos 11 vertederos, de 29 que poseemos en el país. Esto por no cumplir con las regulaciones de la EPA. Este informe recomienda buscar alternativas de plantas de energía para disminuir la basura.

Tan reciente como en la transición el Departamento de Recursos Naturales, quedó evidenciado que la EPA asignó unos $40 millones para poder realizar un nuevo estudio de Caracterización de Residual Sólidos. Este estudio permitirá crear un plan para el manejo de la basura. Por lo que no cabe duda de que al gobierno estatal le han levantado la bandera de alerta, proveyéndole fondos para conocer a totalidad la situación de los desperdicios sólidos y buscar alguna alternativa. Esto tendría un efecto positivo en los municipios, para los que los costos de depósito cada vez son más altos a causa de las pocas opciones de vertederos.

Sin embargo, no exime a los municipios a buscar alternativas tales como incentivar o crear programas de reciclaje efectivos. Sabemos que esto en primera instancia no genera dinero de manera directa, pero indirectamente alivia los costos de los depósitos. Si nuestros municipios observaran el programa como uno en pro del ambiente, no en dólares y centavos, la crisis con los desperdicios sólidos fuera menor. No echemos al lado esta situación y busquemos que nuestros líderes la coloquen en el sitial que corresponde para resolverla. ¡Levantémonos!