¿Cuántas veces has repetido la misma resolución? Cuando llega fin de año, realizamos una lista de deseos y metas, como si fuéramos a hacer unos encargos al supermercado. Al final compramos de todo, menos lo que estaba en ella.

Y es que es como parte de una tradición satisfacer nuestro divino ser, cuando vemos en dicho papelito las cosas que deseamos. Pero, como dice un refrán: “Del dicho al hecho, hay un largo trecho¨.

Irónicamente, para la mayoría, el primero de esos deseos es “rebajar” para tener el escultural cuerpo de JLo, ¡jajaja! Si, así es. La “Diva del Bronx” nos ha subido los parámetros y nos proponemos esa meta ostentosa sin miedo al éxito. Nos apuntamos en el primer gimnasio que nos ofrece la fabulosa oferta de inicio de año, compramos el outfit y ya con todas las ganas del mundo nos visualizamos con nuestros bikinis de verano.

Sucede que comenzamos “pompeadas” el primer lunes como “lo planeamos”, luego de unas intensas octavitas, de habernos comido hasta la madre de los tomates, la raspadura del último plato de arroz con dulce y de haber enloquecido a la balanza diciéndole en “enero rebajo”.

Pero, como toda buena intención, sin acción es como soltar un barco sin capitán y sin rumbo, donde a mitad de camino se puede hundir. Y es que todos los años se repite la misma historia y la misma culpa…

Queremos lograr cosas sin estar dispuestos a “meter mano”.

¿Qué puedes hacer para dejar de soñar tanto y cumplir tus metas sin morir en el intento? La buena noticia es que si te lo propones y sigues esta estrategia simple pero poderosa, podrás finalmente ver cumplir cada una de ellas. Así que ten en cuenta esto.

Primero, tienes que pensar, ¿qué quieres lograr? Fíjate que sea objetivo, real, claro y preciso.

Segundo, ¿por qué lo quieres alcanzar? Aquí defines tu propósito, la razón por la que lo quieres o a quiénes vas a impactar con esto.

Tercero, ¿cómo lo harás? Es donde crearás el plan de acción que te conducirá al éxito de tu objetivo. Como dijo Antoine de Saint-Exupéry: “Un objetivo sin un plan es solo un deseo”.

Cuarto, ¿cuándo comenzarás? Ponle fecha de comienzo y calcula cuánto tiempo necesitarás, para que puedas medir tus resultados.

Por último, puedes crear un tablero de visión para recordarte todo lo que quieres alcanzar.

Soñar y querer, van de la mano de ser y hacer para obtener. Te prometo que se acabarán los cuentos del nunca jamás y las promesas fatulas de cada nuevo año. ¡Voy a ti!