Los de la isla
Somart Martos comparte la impactante experiencia que vivió mientras vacacionaba en Guánica y ocurrió un fuerte temblor.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Por Somart Martos / Jubilada UPR, RCM
Me encanta la canción de los Pleneros de la Cresta, “Los de la Isla”, porque tienen toda la razón.
Les voy a hablar de mi experiencia. Resido en Río Piedras y hace dos semanas pasé un fin de semana en Guánica en un lugar espectacular, una cabaña rústica, en madera, la ducha afuera a mano izquierda donde te bañas mirando las estrellas y el baño a la derecha en otra estructura de madera pequeñita, tipo letrina, un lugar de ensueño para los que como yo amamos la naturaleza.
Todo iba bien hasta que a las 2:27 a.m. la tierra comenzó a temblar. Tremendo susto, porque para el temblor de enero no estaba en Puerto Rico y aunque sentí uno posterior a esa fecha, en nada se comparaba al movimiento de ese momento. Al ver la aplicación de los terremotos en el celular, esta me decía que estaba a una milla del epicentro, válgame, si salía por la puerta en minutos llegaba caminando. Luego de eso hubo muchos más, los estaba esperando y así fue, lo que no esperaba era el crujir de la tierra, no había movimiento, solo un ruido como si de la tierra estuviera tratando de salir algo.
Saben que no pegué los ojos en lo que restó de la noche. La segunda noche de la estadía cada vez que sucedía solo pensaba en los residentes de esos pueblos, los que viven el ruido y el jamaqueo constantemente. En mi mente retumbaba lo que escucho en boca de la gente en el área metropolitana: “ellos ya están acostumbrados”.
Luego de eso, ya en mi residencia, hubo otro temblor fuerte, lo sentí, pero levemente. La tierra no se escuchaba crujir, par de movimientos telúricos más y se acabó el tema. Mientras en mi mente retumbaban estas palabras :“ellos no están acostumbrados”. A eso no se acostumbra nadie, solo están resignados porque no pueden hacer nada al respecto ni hay un sistema que les ayude.
Gente que me lee, les confieso que estoy traumatizada. Cada vez que escucho un ruido similar,, comienzo a temblar esperando el jamaqueo. A lo mejor es un camión, un avión o algún ruido en casa del vecino, pero no puedo evitarlo. Vienen a mi mente las casas que vi derrumbadas en Guánica y Yauco y el dolor de ver gente de edad avanzada viviendo en estructuras con grietas, que no hay que ser un experto para saber que son estructuras en peligro de venirse abajo.
Pero, en Puerto Rico solo importa lo que sucede en el área metropolitana, como si no existieran seres humanos en el resto de la isla. Ahora salen a relucir los niños que no tuvieron clases en todo el semestre pasado... Estoy segura que si hubiese sido esto en San Juan, Caguas o Guaynabo la historia hubiese sido otra, rapidito aparece algo para resolver.
¿Qué es lo que pasa Puerto Rico?, si de la isla somos to’s.
Colaboradores de diferentes sectores de la sociedad puertorriqueña analizan sucesos noticiosos al estilo de Primera Hora
Columnista invitado
Espacio de opinión sobre temas noticiosos y de interés para el País.