La identidad se define como el conjunto de rasgos propios de un individuo que le caracterizan frente a los demás. Es decir, la identidad es un elemento singular que cada ser humano posee y que, por ende, es particular de cada persona. Actualmente vivimos en la era de los llamados “infuencers” quienes ocupan los principales espacios de las plataformas y redes sociales ejerciendo con ímpetu su gestión de causar impacto en las personas, particularmente en los adolescentes.

Según Erik Erikson, en la adolescencia el individuo se ubica en la etapa de exploración de la identidad vs. difusión de la identidad. Es en este momento particular de la vida en donde forjamos nuestra identidad, aunque tal desarrollo nunca culmina. En cambio, el adolescente busca responder la siguiente interrogante: ¿Quién soy? La respuesta a esta pregunta tiene un gran significado, pues en cierta manera y ante el impacto social y cultural que rodee a la persona, se puede estar más preocupado por quienes somos ante los ojos de los demás, olvidándonos acerca de quiénes somos para nosotros mismos.

Es esta falta de amor propio y de autovalía la que ubica a muchos adolescentes en una posición de fragilidad y vulnerabilidad emocional, conduciéndoles a la búsqueda de la aceptación por parte de otros.

Es de gran importancia añadir las experiencias traumáticas que muchos adolescentes viven en el entorno familiar, teniendo su efecto en el desarrollo de una identidad no definida y llena de vacíos que son saciados a través de la imitación de personas que ejercen influencia sobre ellos.

La era de los “influencers” se ha convertido en un asunto que en cierta forma coloca el desarrollo de la identidad de nuestros jóvenes en una posición de riesgo. Esto, debido a que muchos se enfocan en la imitación de lo que aparenta ser una vida fácil, sin esfuerzos y con ciertas garantías que ante los ojos de cualquier individuo resulta ser de gran atracción.

La intención de estas líneas es fomentar un llamado a la reflexión y poder entender que lo que vemos en muchos “reality shows”, plataformas, redes sociales, entre otras, en la mayoría de los casos son cortinas que ocultan la verdadera realidad de la vida.

Entiendo que necesitamos concientizar acerca de cuál es el modelo que muchos adolescentes están obteniendo en la actualidad y accionar en pro del desarrollo de una identidad genuina, única y que esté exenta de influencias que ponen en riesgo la salud emocional de las personas.

Elimaliel Suárez Cortés, psicólogo
Elimaliel Suárez Cortés, psicólogo (Suministrada)