En las Navidades todo es alegría, celebración y felicitaciones... hasta que un choque desgraciado causado por una persona en estado de embriaguez acabe con la vida de otro ser humano, deje heridos, lesiones permanentes y una estela de dolor en los familiares.

Una de cada tres fatalidades en las carreteras es causada por un conductor borracho. Según las estadísticas, hasta el 15 de diciembre se habían producido 318 muertes por choques de tránsito; el 80% por el exceso de velocidad.

Y por desgracia, esta época del año se presenta con altos índices de accidente por exceso de alcohol y la velocidad.

En la Comisión para la Seguridad en el Tránsito, hemos llevado el mensaje a las comunidades, en particular a los comercios que venden bebidas alcohólicas. Además, hemos asignado $143,424 para el pago de horas extras a la policía estatal y $47,680 a la policía municipal, para que se intensifique el patrullaje preventivo en estos días navideños hasta el 1 de enero.

Es importante recordar que está prohibido que menores de 18 años conduzcan con alcohol en la sangre, que entre los 18 a 20 años está prohibida la conducción con una concentración de 0.02% en la sangre y para mayores de 21 años está prohibido conducir con concentraciones de alcohol de 0.08% o más.

Sólo una cerveza de 12 onzas tiene un contenido de 0.03% de alcohol en la sangre. El vino, el ron con refresco carbonatado y el vodka con alguna bebida energizante también registran un 0.03% de alcohol en la sangre. La Margarita sube a la concentración de alcohol en la sangre a 0.06% y cuatro tragos de Long Island Iced Tea llega al .12% de alcohol en la sangre.

Guiar borracho es un crimen; no es un mero lema, es la realidad. Si el conductor ocasiona una lesión corporal o daño permanente a una persona por conducir bajo los efectos del alcohol, conlleva una pena fija de 18 meses de cárcel. Además, ocasionar la muerte de otra persona por conducir bajo los efectos de alcohol, es un delito grave que conlleva una pena fija de 15 años en la cárcel.

Todo este panorama dantesco se puede evitar si se bebe con moderación, si se coordina un transporte alterno o se designa un conductor que no tome alcohol para que lleve a las demás personas de vuelta a su casa.

Obedecer las leyes de tránsito no es una decisión opcional y arbitraria. Todas las personas que conducen llevan sobre sus hombros la responsabilidad de proteger a los suyos y al prójimo. El llamado a pensar en las consecuencias de nuestros actos nos debe animar a hacer un detente de reflexión y enderezar nuestras conductas a unas más solidarias y constructivas.

En la Comisión para la Seguridad en el Tránsito estamos dispuestos a orientarle sobre el seguimiento de las leyes de tránsito, y confiamos que más personas piensen en las consecuencias y se monten en el vehículo de la responsabilidad vial.