El haber estudiado gerontología, ciencia dinámica y fundamentalmente enaltecida al vivir cerca de las personas de edad avanzada, hoy hace meritorio alzar la voz para hacer un cambio de paradigmas.

Cuando veo los supuestos expertos repetir una y otra vez deficientes rumbos de acción, me preocupo más. ¿Qué pasará con las personas de edad avanzada en nuestro país? Reflexionemos por un momento.

El decir que vivamos en calidad de vida no significa esperar que una persona llegue a la vejez para proveerle lo que realmente necesita, si llega. El vivir con un sistema de salud nada más lejos que del llamado coordinado, cuando realmente es limitado y lleno de piedras en el camino para que no sea utilizado. Preguntémonos por otro lado, si en realidad es importante solamente pensar en enseñar al cuidador a cómo manejar una persona de edad avanzada cuando lo que vemos todos los días es una batalla campal para navegar en las aguas de la falta de accesibilidad a la salud y los servicios sociales.

Relacionadas

Dra. Rossana López León
Dra. Rossana López León (Suministrada)

Es tan sencillo como hacer una, dos, tres y muchas más llamadas para asegurar o aspirar a que alguien te conteste o, en su afirmativa, te resuelva sin evadir su responsabilidad.

Añoramos construir escenarios de sensibilidad y empatía hacia las personas de edad avanzada cuando ni siquiera tenemos un sistema educativo donde, como parte de su currículo, se eduque para la vejez, pero también para quienes han llegado a esa etapa.

Nuestro país vive sumido dentro de la demagogia sincronizada que busca entretenernos y no resolver los problemas. No somos capaces de ir más allá y asegurarnos que solo el entretenimiento toque nuestras puertas. No confiemos en expertos de vela que solo van con el viento, pero no llegan a puerto seguro, pues repiten los mismos errores.

¿Cuándo vamos a dejar de ser del grupo de los indiferentes cuando se trata de romper estructuras que no son ni serán las que asegurarán una mejor calidad de vida en nuestro país?

Como decía mi abuela: “la fiebre no está en la frisa”. ¿Cuándo realmente seremos sinceros y dejaremos atrás tanto a los que dicen saber, como aquellos que no apuestan a una vejez en calidad? Sino lo hacemos, no estaremos hablando de futuro.

La realidad es que la rueda existe. Hoy somos espectadores o, quizás protagonistas, cansados de un sistema que tiene el rumbo equivocado. Mañana seremos parte de la población de edad avanzada. El no luchar en colores o bandos hace una responsabilidad compartida, pero huérfana. El deber es individual, si no eres parte del problema.

Si llegas a la vejez sin tener lo básico para vivir fue que escogiste a quienes entretienen y no a los que hacen cambios para mejorar las cosas desde la raíz.

No seas parte de quien corre por las ramas. Eso es más fácil, pero el resultado no será el mejor. Quien no esté dispuesto a romper el rumbo equivocado en el tema de la vejez, no espere tener algo mejor, pues en derecho lo tiene.

Este país no se construyó solo, miren siempre las manos de quieres hicieron verdaderos cimientos.