En el 2018 era estudiante doctoral en biología molecular y tuve la oportunidad de asistir a una conferencia científica de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias. En un salón lleno a capacidad de científicos, el ahora presidente Joseph Biden nos habló de la importancia de apoyar la ciencia para el bien de la sociedad. Fue la primera vez que escuché a un político de carrera hablar en detalle sobre la importancia de la investigación científica y fue una experiencia inolvidable.

Durante la conferencia, el presidente Biden mencionó la pérdida de su hijo a causa del cáncer, lo que inspiró la creación del proyecto Cancer Moonshot en el 2017. La misión de este esfuerzo nacional ha sido generar el equivalente de diez años de progreso investigativo en cáncer en solo cinco años. El Cancer Moonshot ha creado colaboraciones entre agencias públicas y privadas, y con expertos en salud y tecnología para desarrollar nuevos tratamientos para el cáncer. Central en este proyecto: el apoyo a la ciencia y los científicos.

Reinaldo Franqui Machin, doctor en biología molecular.
Reinaldo Franqui Machin, doctor en biología molecular. (Archivo)

Este reconocimiento del rol de las ciencias en la salud pública por parte del primer mandatario es de suma importancia en esta época de pandemia. En Estados Unidos, las muertes por COVID-19 ya sobrepasan las 400,000 personas y esta alta cifra se le atribuye a la politización de medidas básicas de prevención como distanciamiento social y el uso rutinario de mascarillas. Además, durante los últimos meses, tratamientos falsos para el COVID-19 fueron promovidos por el expresidente Trump. Este comportamiento provocó confusión, pérdida de confianza, y muchas muertes innecesarias.

Tomando una estrategia más enfocada en la ciencia, el presidente Biden reincorporará a Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud. Esta organización ha liderado los esfuerzos internacionales para acabar la pandemia. Por otra parte, el estimulo legislativo de 1.9 billones de dólares que propone el presidente Biden incluye un aumento dramático de fondos para estudios e investigaciones sobre el coronavirus, lo que ayudará a anticipar nuevas cepas y evitar su diseminación.

En cuanto al cambio climático y el ambiente, ya Biden reincorporó a Estados Unidos en el Tratado de París. Este tratado internacional busca reducir el cambio climático creado por la actividad humana. Para lograr la meta, los países signatarios tienen que invertir en investigaciones y tecnologías más eficientes y ecológicamente amigables. En el ámbito local, ya que el presidente determina las prioridades de agencias como la Agencia de Protección Ambiental, Biden ha propuesto retomar numerosas regulaciones a manufactureras para reducir los contaminantes que se generan, ayudando a preservar la flora, la fauna y nuestra salud colectiva.

El presidente Biden también está proponiendo aumentos de 300 mil millones de dólares en investigación científica para desarrollos de tecnologías como vehículos eléctricos, inteligencia artificial, y más. Además, su plan incluye considerables aumentos para el Instituto Nacional de la Salud y la Fundación Nacional de las Ciencias, las cuales se encargan de otorgar fondos investigativos a científicos en toda la nación. Como ha ocurrido en el pasado, este apoyo creará nuevas industrias tecnológicas, mientras ayuda a forjar una nueva generación de científicos de todos los campos.

Los últimos cuatro años fueron un desafío para la ciencia. Sin embargo, durante su discurso de juramentación, el presidente Biden declaró que gobernará con “ciencia y verdad.” Estas palabras, en conjunto con las propuestas y los pasos ya tomados, representan un cambio en la dirección correcta, alejándonos de la administración que será recordada por datos alternativos, “fake news,” y teorías de conspiración sobre el COVID-19.