El 20 de septiembre de 2022 marcó el quinto aniversario del paso del huracán María por Puerto Rico y con ello la remembranza de las situaciones vividas y las lecciones aprendidas. Mientras todavía enfrentamos retos de reconstrucción en el país, hoy nos enfrentamos nuevamente a los estragos de otro huracán, Fiona.

La pregunta que surge es, ¿qué aprendimos después de María y cómo podemos aplicarlo a la situación que enfrentamos hoy?

Me parece importante recalcar el rol de liderato que desempeñaron y continúan desempeñando las comunidades durante el proceso. Ante huracanes, terremotos y la pandemia del COVID-19, ha quedado evidenciado que la comunidad sigue siendo la primera línea de respuesta.

El Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico tiene un fuerte enfoque en la comunidad y labora junto a más de 500 líderes para identificar las necesidades de sus comunidades y apoyarlos en las soluciones. Durante este proceso vimos como surgieron líderes y héroes que se organizaron para reconstruir sus comunidades y el país. Muchos encontraron su vocación ante este hecho y hoy se dedican a servir.

En Utuado se organizaron y, entre otras cosas, crearon una clínica comunitaria y proyectos de desarrollo socioeconómico enfocados en la agricultura y el ecoturismo. En Naguabo crearon un comedor comunitario que provee comida caliente semanalmente. En Caguas convirtieron su acueducto comunitario en uno de energía solar que suple agua a 70 familias. En Culebra crearon proyectos de sustentabilidad y educativos para la población. Y, así, se fortaleció una fuerza comunitaria en todo el archipiélago que prevalece y está activa ante la emergencia actual del huracán Fiona.

Reconociendo el rol de los líderes comunitarios durante desastres naturales y emergencias de salud, nos hemos integrado a centros de salud primaria, organizaciones y clínicas comunitarias, en varios municipios, con un equipo de Promotores de Salud Comunitaria que son el enlace entre las poblaciones vulnerabilizadas y los servicios de salud. Este personal ha sido clave en la respuesta a la pandemia de COVID-19 y se han activado ante el paso del huracán Fiona, para identificar las necesidades de las comunidades y poder responder efectivamente ante los retos que nos ha dejado este ciclón.

En Puerto Rico es habitual la temporada de huracanes y en los pasados años hemos vivido eventualidades que nos cambiaron el paradigma y tenemos que estar preparados. La cátedra de perseverancia, tesón y voluntad de servir que nos han dado las comunidades ha sido nuestro mayor aprendizaje. Tenemos una fuerza comunitaria que hace que las cosas pasen en Puerto Rico y para aplicar lo aprendido es imperativo unirnos, apoyar y colaborar para juntos reconstruir nuestro país.