Fue una imagen que me provocó gran emoción, no solo por el reconocimiento merecido, si no por lo que representa para el deporte en particular y para Puerto Rico en general.

Bladimir Díaz Nieves, entrenador de varios de nuestros excelentes jugadores de tenis de mesa y mejor conocido como el “papá de las hermanas Díaz”, fue reconocido como Entrenador Estrella de la Federación Internacional de Tenis de Mesa. 

Las fotos no pueden ser más que elocuentes. Su rostro dejaba ver no solo orgullo sino a la vez satisfacción por el trabajo realizado. 

De mi parte verlo en etiqueta elegante me provocó cierta curiosidad. Todos sabemos que Bladimir es un obrero del deporte y que, más allá de los homenajes y reconocimientos, prefiere el sudor y el calor del entrenamiento. Su vocación de maestro va por encima de cualquier cosa. Pero esta vez mi querido Baldimir, había que ponerse el lazo y el gabán. Esta vez le tocaba el reconocimiento a usted. 

La primera vez que conversamos con Bladimir fue en el corazón del tenis de mesa de Puerto Rico, el Club Águilas de la Montaña en Utuado. Lejos de encontrar a un entrenador esperando ser entrevistado, nos topamos con el maestro que no paraba de enseñar. Sudado, activo, despeinado, enfocado, Díaz recorría mesa por mesa cuidando de sus “águilas”. 

Y no había diferencia entre sus polluelas de sangre Adriana, Melanie, Gabriela y Faviola con el resto de los y las atletas. Por el contrario estas asumían el rol de ser ejemplo de disciplina y trabajo en equipo. 

No hay dudas que estas y estos atletas reciprocan con el corazón el trabajo de su entrenador. 

El premio a Bladimir alcanza mayor valor pues, como sabemos el huracán María causó grandes estragos al municipio de Utuado y las facilidades del club se vieron muy afectadas. 

Pero acostumbrados a enfrentar la adversidad todos reaccionaron como “águilas de la montaña” y ya vieron el resultado en Centroamericanos y Panamericanos. Eso explica su declaración tras recibir el premio: “No puedo con la emoción y orgullo que tengo”. Sí, Bladimir ha sido duro, pero ha valido la pena. 

Ahora el maestro enfrentaría un gran reto que le toca el alma cuando su hija Adriana entre a un nivel de competencia donde él tendría que soltarla en vuelo. Pero antes de ser maestro se tuvo que ser estudiante y Bladimir se prepara para aprender aún más para seguir enseñando mejor. 

Tras una dura derrota en el pasado Clasificatorio a Tokio celebrado en Lima, Perú, Díaz hizo una autoevaluación y señaló que “ha llegado el momento de buscar una nueva ayuda técnica para el equipo de trabajo”. Ojalá los autodenominados líderes de este país tuvieran esa capacidad de inteligencia.

Pero la expresión no significa un “hasta aquí.”. A fin de cuentas, las águilas no abandonan a sus crías. Simplemente vuelan más alto y en silencio para seguir disfrutando su legado. 

Bladimir Díaz Nieves, un ejemplo más de que el deporte es una inversión en el desarrollo de una sociedad saludable y de futuro.

¡En horabuena maestro!