Sentado frente al televisor, solito en mi casa miraba la pantalla sin tener idea lo que estaba observando.

Era un día más cuando la distonia y la disfonía se antojaron de agriarme el momento. Mi cuerpo estaba adolorido, mi cuello tenso, mi voz apagada y mi concentración en cero.

De pronto un rayito de luz me trajo un recuerdo. Hace exactamente un año escribía una nota para las redes sociales en la cual anunciaba mi retiro momentáneo de los medios para atender mi condición.

Para aquel entonces esos síntomas se manifestaban más severamente y en ocasiones el vértigo me mantenía en cama e inmerso en una profunda tristeza.

Honestamente, no escribo para que la gente me tome compasión, lo hago para hacerle entender que la aceptación de los retos de la vida, que hay cosas que no podemos controlar y contra las que no podemos batallar, es el principio de un proceso de recuperación.

Decido buscar los titulares de un año atrás y revivo el momento. “Elwood Cruz y el diagnóstico que lo mantiene alejado de la televisión, Elwood Cruz sufrió una explosión de estrés, La misteriosa condición que le robó la voz, Elwood Cruz queda fuera de ABC-5”. 

Entonces pienso, 32 años de mi vida amando lo que hago y hoy siento que estoy en un limbo. Los mismos dolores, la misma desorientación y las mismas preguntas rondan en mi cabeza. Entonces busco en los programas grabados en TV y observo las entrevistas de aquel momento para saber si había un verdadero progreso. 

Guardé las grabaciones con un propósito y hoy, a un año de mi “hasta pronto”, el momento llegó. Comencé a dar gracias primero por el amor de mi familia valiente y mi gente, luego por lo aprendido y los retos alcanzados. 

Así mi dedo apretó el primer botón del control remoto del televisor... ¡primer delete! 

Hace un año se me dificultaba caminar, no entendían lo que decía y mi presión arterial estaba en completo descontrol.

Hoy prevalecen condiciones limitantes que me impiden laborar en los medios, pero estoy en paz conmigo y mi entorno. “Segundo delete”.

Miro al cielo y veo cómo se asoman mejores días, mejores noches y mejores momentos. Sí, aunque físicamente no ha habido muchos cambios, mi espíritu está más fortalecido y confía en el propósito con fe y esperanza.

Hoy me alejo nuevamente y me tomo una pausa para retomar de nuevo. Lo necesito.

Los invito a pensar en eso que llamamos fracasos, pena y dolor. Tomen el control en sus manos, confíen en el proceso sin pensar en ¿por qué a mí?, y al pasado que te atrasa dale el tercer ¡delete, delete, delete!