Eran las ocho de la mañana de un domingo que prometía algunas ráfagas de viento y fuerte calor. Me desperté tarde debido a un molestoso dolor de espalda que no me dejó descansar en toda la noche.

De inmediato pensé en un buen cafecito con leche que de seguro sería un gran alivio sicológico. Encendí el televisor, preparé la cafetera y me fui a la puerta de la sala a observar desde un cristal la mañana. El silbido de la cafetera y el aroma del café anunciaban el momento glorioso de la tacita.

Muy pronto el sonido se fue desvaneciendo y en cuestión de segundos se encendió el generador eléctrico de mi vecino. ¡No, no, nooo! Un apagón detuvo la magia. Otro apagón, porque ya se está haciendo rutina que a esa hora casi todos los días se vaya la energía eléctrica por unos veinte minutos aproximadamente.

Volvió la luz y con ella la imagen del televisor con la cajita satelital reiniciando el proceso de búsqueda de señal. Volví a encender la hornilla para poder disfrutar del bendito café y olvidar el dolor de espalda.

Fue entonces cuando recordé la noticia del pasado 29 de abril donde el principal oficial ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), José Ortiz Vázquez aseguró que el sistema eléctrico “estaba más fortalecido que nunca” para poco después ver cómo se daba un apagón en medio de la conferencia. Luego explicaron que eso sucedió porque estaban conectados a un generador eléctrico por si se iba la energía y que éste falló. O sea, la AEE está lista pero no confían en ella para dar una conferencia de prensa.

La semana pasada se nos dijo que había suficiente equipo almacenado, personal y que habían tomado las medidas para, de ser impactados por un huracán, restablecer el servicio en unos dos meses y medio. Pero llovió, hubo apagones y en un momento dado hubo miles de personas sin el servicio.

En medio de todo aún existen dudas de cómo será el futuro de la Central Costa Sur mientras se nos asegura que tenemos suficiente energía hasta el momento. También hay dinero pues en medio de la crisis en la AEE el exvicepresidente de la Junta de Gobierno de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y hoy asesor José Pérez Canabal, obtuvo un aumento de $80,000 en un contrato que inicialmente era de $130,000 y ahora es de $210,000.

Me serví el café y recordé imágenes de postes virados en la 931 hacia Navarro en Gurabo, los trabajos incompletos desde María en diferentes municipios, el gran número de postes podridos que aún están de pie gracias a los cables, la gran cantidad de camiones detenidos por falta de mantenimiento, la necesidad urgente de empleados para realizar labores y ausencia total de un plan para producir energía renovable desde el techo de nuestras casas.

Y mientras aún el satélite mantenía su “reboot” observé la factura del mes pasado que reflejaba un cobro de espanto. ¡Ahh!, pero ahora viene una baja como ocurrió a finales del cuatrienio pasado cuando se legisló una reducción artificial para cazar votos.

Fue en ese momento que me di cuenta de mi error. Según José Ortiz los apagones se deben a qué “hay más gente en la casas cocinando”. Pero, ¿el sistema está o no robusto y hay energía suficiente?

Finalmente me tomé el café, el satélite “subió”, pero mi dolor de espalda estaba peor al darme cuenta que dejé sin energía eléctrica a mis vecinos por prender la hornilla. Les pido que me perdonen por arruinar la mañana del domingo.

Todo fue mi culpa.