Cinco, cuatro, tres, dos...unooo... ¡Feliz Año Nuevoooo!

Fue entonces cuando se escuchó la gritería de felicidad, sobraron los abrazos, se brincoteó al son de música fuerte, se perdonaron las diferencias y resurgió la intención de ser mejor persona. 

Sí, la despedida de año da paso a los mejores deseos de salud, felicidad y buenas intensiones. También al llanto, la tristeza y el deseo de soltar las decepciones y malos ratos de un año que nos amargó la existencia.

Tras la despedida nos despertamos el primero de enero curiosos por conocer cómo Puerto Rico y el resto del mundo había recibido el 2020. Pronto nos llegaron las noticias negativas que nos provocaron tristeza y decepción. 

Pero aún así nos queda suficiente energía, alegría y esperanza para continuar de fiesta. Como buscando un segundo aire para el alma.

Entonces nos llegó el golpe. El presidente de Estados Unidos Donald Trump ordenó el asesinato del comandante de la Fuerza Quds de Irán Qasem Soleimani. De inmediato surgieron las justificaciones, acusaciones y denuncias de todos lados y las amenazas de guerra y muerte. 

Llegó el nuevo año y el mundo siguió girando y con él las mismas situaciones, enfermedades, abusos, explotación y conflictos. Australia sigue ardiendo en fuego. En Hong Kong y Chile continúan las protestas. El calentamiento global es más que evidente y nosotros seguimos sin entender la gravedad del asunto.

¿Año Nuevo vida nueva? Ni el planeta ni sus habitantes se dieron por aludidos. Entramos a una nueva década dejando atrás otros diez años de cambios y situaciones dramáticas. 

Fue entonces que me vino a la mente la canción de Billy Joel cuya letra nos hace ver que siempre ha sido así.

“We didn't start the fire

It was always burning

Since the world's been turning

We didn't start the fire

No we didn't light it

But we tried to fight it”

Nosotros no iniciamos el fuego. Siempre ha estado ardiendo desde que el mundo ha girado. No iniciamos el fuego. No lo encendimos, pero lo hemos enfrentado.

En resumen, ¿qué puedo concluir en este choque de ideas?

El número y la fecha no hace la diferencia. Si para los que creemos no renace el Niño Jesús en nuestro corazón, si para la humanidad no surge un verdadero Año Nuevo en el espíritu, si las sociedades no destruyen la desigualdad, las tiranías, la explotación, si las religiones no se hacen verbo de lo que predican, si las riquezas permanecen en manos del uno por ciento mientras el resto de la humanidad pasa vicisitudes, si la salud no deja de ser un negocio lucrativo para unos pocos, el 2020 solo será un número.

Que el nuevo año nos permita ver que todos tenemos la gran oportunidad de hacer la diferencia. Al igual que en el 2017, el pasado año nos mostró lo que somos capaces de hacer cuando nos unimos en un solo propósito. 

El mundo nos miró y copió nuestro ejemplo. Si no lo hacemos bien el 2020 será tan solo otra vuelta del planeta alrededor del sol.

“We didn't start the fire

It was always burning

Since the world's been turning

We didn't start the fire

But when we are gone

Will it still burn on, and on, and on, and on”

No empezamos el fuego. Siempre estaba ardiendo.Desde que el mundo ha estado girando. No empezamos el fuego. Pero cuando nos hayamos ido ¿Seguirá ardiendo, y seguirá, y seguirá, y seguirá?