Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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En el momento en que Carles Puyol alzó “la orejona”, recordé por qué amo tanto el fútbol.
No me importaba si el FC Barcelona dañó mi pronóstico al ganar la Liga de Campeones de la UEFA, lo único que me importaba era el ser lo suficientemente afortunado para ver ese momento, aunque fuera por televisión.
El fútbol, una vez más, nos brindó uno de esos momentos inolvidables que puedes disfrutar y se te paran los pelos, aunque seas un aficionado de pasada, como muchas de los millones que vieron el encuentro por la pantalla chica.
El Barcelona lo logró. El mítico triplete, que nunca había sido conquistado por un equipo español, es de ellos. Todo empezó con la Copa del Rey, volvieron a reinar en la Liga, y dieron tremendo palo en la final de la Champions. La dominante victoria, 2-0, sobre el Manchester United de Sir Alex Ferguson no es un palo para algunos que siempre creían en su Barça, pero recuerden que Cristiano Ronaldo y compañía no tan sólo eran los campeones defensores, sino que llevaban una racha invicta de 25 partidos en línea en la Champions. Yo fui uno de los que caímos y me fui con ellos. El Barcelona me probó mal, otra vez.
Digo otra vez porque hace par de semanas escribí que el fútbol español estaba atrás, y no tenía nada que buscar con la Premier de Inglaterra. Pero allí estuvo Andrés Iniesta para callarme, en Stamford Bridge, y el miércoles el conjunto azulgrana le dejó saber al resto del mundo que la Primera está vivita y coleando. Y no me puedo alegrar más, ya que la liga española es mi favorita y la que más sigo entre las ligas europeas.
El partido fue un puro recital del “PepTeam”, como le han llamado en España por la labor del director técnico Pep Guardiola. El Manchester sólo pudo dominar en los primeros 10 minutos, pero el gol de Samuel Eto’o fue como un balde de agua fría del cual nunca se recuperó. Y para colmo, fue Lionel Messi el que sentenció el partido, y nos enseñó que su grandeza no sólo está en sus piernas al colar un excelente gol de cabezazo.
Me falta solamente agradecerle al Barcelona por una gran temporada de fútbol, durante la cual nos deleitó a todos. Hasta los madrilistas lo tienen que aceptar. Previo a la temporada, el Barça no hizo mucho ruido en sus fichajes, trajeron a Dani Alves y a Seydou Keita del Sevilla, y dejaron que el estilo de Guardiola hablara por sí solo. El resto del mundo, especialmente el Real Madrid, debe aprender del Barcelona que los campeonatos no se ganan tirándoles dinero a los jugadores. Se ganan con el corazón, con habilidad y con amor al escudo que llevas en el pecho. El Barcelona dio cátedra en eso. Gracias por hacernos creer que el buen fútbol es posible.
Cristiano fue un mal perdedor
Si el gol de Messi puso al astro argentino como claro favorito para llevarse el Balón de Oro del 2009, los comentarios de Cristiano Ronaldo cimentar esas posibilidades. Ronaldo, quien hace pocas semanas hizo titulares al salir de mala gana de un partido en el cual fue sustituido por Ferguson, volvió a hacer historia por su mala actitud. Tras el partido, el portugués expresó que el Barcelona tuvo suerte, “ya que no merecía haber ganado la semifinal ante el Chelsea”.
Ronaldo nunca me ha gustado mucho como jugador, siempre he pensado que es ese tipo de futbolista que necesita buenos jugadores a su lado para lucir. Ésa es mi opinión personal, y con esos comentarios se sigue hundiendo en mi lista. Hay que aprender a cargar con el saco de la victoria, y también con el de la derrota, y todo parece que el joven portugués no ha aprendido eso. Un poco de humildad no mata a nadie.
La alegría de la afición
No hay deporte que desborde más a la afición que el fútbol. Desde la victoria del Barcelona, me he entretenido viendo las distintas colecciones de fotos de la celebración azulgrana. De más está decir que la capital catalana se desbordó en una fiesta masiva, pero el mejor salpafuera tuvo que haber sido en Roma, donde un centenar de fanáticos, hombres y mujeres, se dieron un chapuzón en la Fontana Di Trevi. ¡Qué bañito más histórico! Los dejo con algunas de mis imágenes favoritas de la celebración.
Comenzó su carrera como periodista en el 2008 en la sección de Deportes de Primera Hora, donde también fue editor de la sección. Como periodista deportivo, cubrió varios eventos internacionales como los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 y los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y Toronto 2015.
En el 2017, fue nombrado editor de Deportes de El Nuevo Día, puesto que ocupó hasta el 2024. Desde entonces, se desempeña como Editor Sénior de El Nuevo Día.
Posee un bachillerato en Información y Periodismo de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, donde también cursó estudios de intercambio en la Universidad de Sevilla, España. Luego, completó una maestría en Periodismo Digital en la Universidad del Sagrado Corazón.
En la actualidad, además, trabaja a tiempo parcial como profesor universitario. Ha impartido cursos de redacción y periodismo deportivo en la Facultad de Comunicación e Información de la UPR de Río Piedras.
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