Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 18 años.
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La semana pasada se supone iría a Miami a ver a una de mis bandas favoritas tocar. Soda Stereo, la popular banda rockera argentina se ha reunido y anda de gira por toda Latinoamérica y EE.UU. Pero, final y tristemente no se me pudo dar. Mi hermano ya no estaría en Miami y mis cuenta$ no daban para unos días de fiesta en la ciudad del sol.
No obstante, ese mismo día en que yo debía estar cantando “Sobredosis de TV” y “Zoom” junto a unos cuantos miles en el American Airlines Arena de Miami, mi hermano se graduaría de asistente de vuelo, pero para la Continental Airlines. Mi hermano podía invitar a dos personas, y como mis padres no son muy dados a los aviones, pues decidió que mi hermana y yo fuéramos a su graduación.
Y así fue.
¡Los Santana camino a Houston, Texas!
(léase imaginando nubes y música clásica à la opening de Los Simpson)
Loooosss Santaaanaaa...
Sólo estaría una noche en Houston, así que ni me preocupé en averiguar mucho de la ciudad. Salí de trabajar la noche anterior a las dos de la madrugada y el vuelo era a las ocho de la mañana, así que casi no dormí.
Aguanté a que el avión despegara para cerrar los ojos y quedarme achocao.
Siempre trato de no perderme el despegue, ese momento en el que el avión se para en la pista para hacer el arranque final y va a no sé cuántas millas y te da esa cosquillita en el estómago, me excita encanta. Tan pronto el avión cogió la curvita de Piñones, me fui 10-7.
De vez en cuando me levantaba, ya que me tocó el asiento de la última fila, al lado del baño, al frente de la cocina o lo que sea que hacen en ese cuartito. Maldita sea. Pero hey, ese es el precio de un vuelo gratis.
De todos modos, en ese momento, nada me molestaba. Iba a la graduación de mi hermano, que siempre decía que quería trabajar en algo que tuviera que ver con aviación. Tony (mi hermano) vivía bien en Miami, con un sueldazo en una oficina de producción y presentaciones para bufetes de abogados, -era algo así como un vídeografo y diseñador de presentaciones para casos de corte- así que me llenaba de alegría y admiración ir a verlo cumplir uno de sus sueños. Nunca pensé que lo dejaría todo para empezar de nuevo, literalmente.
También iba a ver a Marizol (mi hermana) que vive en Avon Park, un pueblo a dos horas de Orlando, Florida y hace casi tres años que no la veía.
Qué serie de televisión, qué Melsore, qué Party of Five. Era un reencuentro de tres hermanos.
Una vez en Houston, tomé el trolley al hotel donde se celebraría la graduación. Llegué a las 2:00 de la tarde. La hora en Houston son dos menos que acá. La graduación era a las 3:30 p.m. Y bueno, una vez llegué, pues lo típico; besos, abrazos, nerviosismo, emociones, tasación de arriba a abajo, lagrimas y fotos.
La graduación fue sencilla pero emotiva, y lo más importante, corta. ¡Si todas fueran así!
Luego de la ceremonia salimos a la recepción a cachetearle un poco a Continental. Tony y Marisol se marcharían esa misma tarde a Orlando, (mi hermano luego lo seguiría para Nueva York – ya que su centro de operaciones será en esa ciudad, bueno, Newark, al lado).
Mi vuelo saldría al otro día en la mañana. Me quedé en el hotel ya que con lo cansado y explotado mentalmente que estaba no tenía ánimo de salir por ahí.
Tenía una cama queen y un gran televisor en el cuarto esperándome. Vi un poco de la televisión local, allí me encontré con una cara conocida, era un boricua más en Houston, era Carlos Robles, el que daba el tiempo en Las Noticias. Ahora da el tiempo para el noticiero local de Univisión. Sigue igual, pero creo que el acento que tiene como que no se parece al que tenía acá. ¿Lo habrán mandado a neutralizar su acento? Jummm. Bueno, vi un poco más de tele pero la camita y el sueño me vencieron.
Ya al otro día me levante y marché al aeropuerto. Desayuné y me puse a ver CNN en uno de esos plasmas que tienen en los gates. Una vez en el avión de camino a Puerto Rico, con el iPod puesto -escuchando Soda Stereo- y haciendo una miniserie en mi mente, pensé en toda la vivencia de este viaje, uno corto pero largo de emociones. No cambio haber estado en Houston con Tony y Marizol qué en un American Airlines Arena con Gustavo, Zeta y Charli (los de Soda).
Para completar, mi hermano me puso como su travel companion, privilegio que me da la oportunidad de viajar gratis por Continental a dónde sea. ¡Gratis, wooohooo! No importa si tengo que sentarme al lado del baño y escuchar el dichoso toilet ese que parece que se traga un tornado cada vez que lo bajan.
Viajar y ver televisión, mis dos pasiones. Ahora tengo que acomodar los días de vacaciones…jummm. Que llegue el 2008, ¡a volar!
(Los Santana en Houston)
Mayagüezano. Graduado de bachillerato en Comunicaciones de la UIPR, en Bayamón, y maestría en Teoría y Práctica del Documental Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona. Amante de las series, realities y documentales. Desde el 2007 escribo en el blog “La tele que me crió”.
La tele que me crió
Columna sobre televisión. Hablaremos de programas, canales, ratings, novelas, especiales, de lo que vimos anoche y lo que se debió ver.