En una ocasión estaba en una reunión de amigos y le comenté a una persona que una de mis pasiones era ver televisión y que lo disfrutaba un montón. Para ella eso fue como mencionarle el demonio, ella no lo podía creer. Esta es una de esas personas que ‘demonizan’ la televisión. Es de las que piensan que todo lo que presenta la pantalla chica es malo. No se salvan ni programas educativos, documentales, ni reportajes periodísticos. Para ella ver televisión es una perdida de tiempo y es la culpable de embrutecer al mundo.

Yo la dejé por loca, pero lo que me dijo y cómo lo dijo siempre lo mantengo presente.

Y es que para mí, la televisión siempre ha sido una especie de amiga imaginaria.

Desde pequeño estaba allí. Ella nunca me ha defraudado. Un programa y un canal detrás de otro.

Claro, la televisión tampoco es ninguna santa. Recuerdo anécdotas negativas, como cuando acababa de ver la lucha libre y me creía Carlitos Colón o The Ultimate Warrior y quería salir y pelear con mi hermano. Ahora, los menores que -sin supervisión- quieren hacer lo que ven en “Jackass”.

Pero, también recuerdo ver a Pacheco en WapaTV y escuchar sus consejos y ver las competencias para tumbar las botellitas Frutsie. No me perdía tampoco las lecciones del Tío Nobel en WKAQ-Canal 2 ni ver con mi hermana los sábados -antes de las “Estrellas de la Lucha Libre”- “Imagen y Sonido”, con Otto Openheimer, mi primer contacto con los vídeos musicales.

Con la tele he podido conocer de otros lugares del mundo, de la vida silvestre y de otras cosas, sensaciones que una revista no me podía dar.

Soy de los que piensa que si se hace una buena televisión, siendo ésta un medio tan poderoso y que llega a millones de hogares sin importar raza, nivel económico ni género, el mundo sería…sí, lo voy a decir: el mundo sería uno mejor.

Y pues eso, espero que en este blog podamos hablar de esa pequeña caja negra (aunque ya casi no es ni caja ni negra), de lo bueno y, por supuesto, de lo malo. Hablar de programas, de canales, de programación y contraprogramación, de ratings, novelas, deportes, especiales, de lo que vimos anoche y de lo que no se debió ver. Bienvenidos sean los amantes y "odiadores" de la tele, estudiantes de comunicaciones, profesionales del medio, en fin, todos los que sienten algo por esta caja.

Ahora los dejo con una cita que encontré hace como dos años en un periódico y la recorté, esperanzado en volver a encontrarme con la ‘amiga’ que casi me insultó por ser un fanático de la tele para recitársela. Es una cita sencilla, que me hubiese gustado habérmela inventado yo, pero que la dijo un director de cine; Mariano Barroso (Hormigas en la boca).

“Las historias más emocionantes y novedosas que he visto en los últimos años estaban hechas para la televisión. Utilizada con el corazón, es un medio hermoso y de infinitas posibilidades. Utilizada con la mente, es un medio perverso. Igual que con el cine, los libros o la música”.

Nos vemos.

-Glenn