Sánchez Vilella previó hace décadas lo que ocurre ahora...
Los gobernadores y los jueces deberían tener prohibido contratar con el gobierno o con la empresa privada para asuntos gubernamentales una vez dejan sus cargos, pues tales asesorías pueden confundirse fácilmente con venta de influencias.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
PUBLICIDAD
Los gobernadores y los jueces deberían tener prohibido contratar con el gobierno o con la empresa privada para asuntos gubernamentales una vez dejan sus cargos, pues tales asesorías pueden confundirse fácilmente con venta de influencias. Esto lo tuvo claro siempre el fenecido ex gobernador Roberto Sánchez Vilella, quien promovió una pensión para los ex gobernadores, excluyéndose él, para que “puedan continuar aportándole a su pueblo todo el haber de su experiencia luego de su retiro, sin ninguna otra responsabilidad que esa”. Con la visión de hombres y mujeres de estado que concibió, Sánchez logró la aprobación de la ley que otorgó pensión a los ex gobernadores, luego derogada por Pedro Rosselló. Para firmarla, Sánchez renunció a recibir él una pensión de ex gobernador. El ex gobernador Luis Muñoz Marín fue el primero en recibir la pensión, pero la historia reconoce su frugalidad y austeridad. En su caso, el también fenecido ex gobernador Luis A. Ferré donaba íntegramente su pensión. Estos tres ex gobernadores son ejemplo de lo que debe ser un servidor público y deberían ser la norma a seguir.
Los modelos que tuvo el gobierno de Puerto Rico de servidores públicos por excelencia desde la segunda mitad del siglo pasado deberían ser el norte de los legisladores actuales, que ven sus cargos como fuente de riqueza y no de servicio al país. El ex gobernador Sánchez Vilella, después de servirle al pueblo de Puerto Rico por 60 años, cuando cerró su oficina de ex gobernador, envió en un camión a la Oficina de Gerencia y Presupuesto todo lo que había en el inmueble, incluyendo hasta los lápices. Asombrados en OGP, al recibir aquel cargamento, lo llamaron y Sánchez les indicó que aquello “no es mío, es del pueblo de Puerto Rico”. Otro caso a destacar es el del fenecido Ramón García Santiago, que tuvo oportunidad de enriquecerse como presidente de la Junta de Planificación que trazó el Puerto Rico moderno, pero vivió en austeridad toda su vida pública, que concluyó como secretario de Hacienda.
La minoría penepé en la Cámara olvida los toallazos que ha dado su comisión de Ética cuando ha sido mayoría, como el caso del ex representante José Luis Rivera Guerra. Ahora, con el representante popular Charlie Hernández tiran piedras aunque tienen techo de cristal, independientemente de la falta ética del portavoz pepedé.
Paladín de la ética
El representante penepé Jorge Navarro, aquel que fue captado por las cámaras con unas copas de más y “enamorando” a una periodista estadounidense, ahora da clases de ética y moral. Claro, a populares...
Periodista
De primera mano