La hija es la prima del amante. La sirvienta se hizo millonaria y busca a la hija perdida. El millonario se enamora de la pobretona pero la arpía novia de toda la vida lo engatusa y le achaca un muchacho que no es de él.

Resumen: TODAS LAS NOVELAS SON LA MISMA COSA.

Conozco mujeres que literalmente se plantan frente al televisor cuatro horas todas las noches a ver las historias inventadas de toda esa gente que ni siquiera conocemos. ¡¡Historias ficticias!! Porque dime tú, en serio, ¿cuándo has conocido a un rico que se case con una pobre? ¿Cuándo has conocido a la hija de la sirvienta que luego es rica pero que se perdió de chiquita?

Mis sexonoveler@s que me disculpen, pero es que no lo puedo entender. La verdad es que no puedo sacarle alguna enseñanza o truco que pueda aplicar a mi vida amorosa, y mucho menos a mi vida sexual.

Digo, no voy a decir que jamás he visto una novela porque mentiría. Confieso que en mis 32 años de vida he visto cuatro novelas: Carrusel, Betty la Fea, Mi Gorda Bella y Juana la Virgen. Todas producciones con temáticas diferentes.

Y lo más brutal es la capacidad que se desarrolla para no confundirse en cada trama cuando se sientan a hablar del capítulo del día anterior.

Pero una vez más pido perdón y ahora les lanzo mis preguntas:

¿Por qué ver novelas?

¿Qué tienen las novelas que atraen tanto?

¿Por qué ver tantas?

Por favor, necesito luz…

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PD. Ahí les dejo unos cantitos de Carrusel, por aquello del recuerdo.