
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
Cuando me separé la primera vez sufrí mucho. La forma en la que sucedieron las cosas no fue la mejor.
Recuerdo que en una de mis sesiones con mi sicóloga le hice una pregunta súper “clichosa” y que jamás pensé que haría con tanta seriedad. Le pregunté si era posible morir de amor.
¿What? Síp, ¿patético verdad? Pero les JURO que en aquel momento sentía un dolor tan grande en el interior de mi cuerpo que estaba 100% segura de que en cualquier momento mi corazón iba a explotar como un ciquitraque y me moriría. Gracias a Dios la sicóloga me respondió con la misma seriedad con la que yo le pregunté: “No, no te vas a morir de amor”.
Uff…Por mi madre santa que si ella no me hubiese respondido taaan categóricamente no le hubiese creído.
Las heridas de amor duelen, duelen de verdad. Duelen físicamente. El que diga que no sencillamente no se ha enamorado, pero de verdad.
Es la misma emoción física que sientes cuando ese amor está a flor de piel, que te hace dar brinquitos, que hace que tus ojos brillen más de la cuenta.
Lo que les puedo decir es que la doctora tenía razón: no me morí. Y lo más curioso es que después que se me pasó la depre me sentí, mejor que nunca.
Eso sí, pasaron más de dos años en lo que me recuperé totalmente. Luego de eso mi corazón estaba sano.
Moraleja: No nos morimos de amor, pero de que duele, duele.
Mi consejo: SEÑORES: cuando terminen una relación dense tiempo para que esas heridas de amor, que sí duelen, sanen de verdad. Así estarán más preparados para volver a amar. Y créanme, que luego de un tiempo y luego de una decepción amorosa, si se toma el tiempo correcto para sanar, cuando se vuelve a amar, se ama con más intensidad, más seguridad y más inteligencia para manejar una relación. No se comenten los errores del pasado, no se cela con tanta frecuencia o por todo, entre otras cosas que luego les comentaré.
En el ínterin, ámense, trátense con cariño, consiéntanse y reconstruyan esa relación con ustedes mismos.
Ya lo dicen por ahí, la única forma de amar a alguien es amándose primero a uno mismo.
Y tú, ¿alguna vez has sentido que puedes morir de amor?
Escríbeme a janizabeth.sanchez@gmail.com.
Sígueme en Twitter @janizabeth
Besos de miel...
Cagüeña de alma y gurabeña de corazón. Amante de los libros de pintar, las libretas y el pincel, amé el poder comunicarme así desde niña. La UPR me formó. Más de 15 años de experiencia en noticias digitales. Ver la evolución de las redes sociales me ha permitido crecer en el periodismo.
Sex Sí..
Nacida, criada y enajenada del sexo hasta grandecita. Pero hoy, la vida nos ofrece una nueva oportunidad de aprender, hablar y reírnos de las situaciones cotidianas del sexo, sus posibilidades y diversidades.